Hoy estamos de enhorabuena

Hoy estamos de enhorabuena, porque vaya suerte que hemos tenido, sí, digo hemos tenido, porque cualquiera de nosotros, al ser usuarios habituales de este medio de transporte, podía haber sido uno de los afectados.
Cuando ocurre un caso como este, es cuando uno se pone a pensar en el peligro que se corre, pues aunque se trate de una travesía corta no debemos olvidar que el Estrecho es uno de los canales de transito marítimo con mas afluencia de buques del mundo.
En este caso hasta que no se sepan la circunstancias que han ocasionado el percance, no se podrán pedir responsabilidades, aunque lo que también es cierto es que situaciones como estas deben obligar a las autoridades marítimas de la ciudad a que se revisen con detalle todas y cada una de las medidas de seguridad para evitar en la medida de los posible percances de este tipo.
Pongamos por ejemplo el hecho de que tanto en Algeciras como en Ceuta, nos encontramos con que a la salida de sus respectivas bahías se han instalado las llamadas gasolineras flotantes, encontrándose por tanto en mas de una ocasión estas colapsadas por la enorme afluencia de buques que hacen escala en alguna de ellas para repostar y que quiero decir con esto, pues que las coordenadas habituales para el trafico marítimo de pasajeros con dirección Ceuta desde Algeciras, por fuerza habrá tenido que ser modificadas, dado a la intensa presencia de barcos en la zona y que para los profanos en la materia, quizá no sea visual, pero simplemente con echar un vistazo a la bahía puede uno sacar sus propias conclusiones y darse cuenta de que algo ha tenido que ser modicado en ese ruta.
Hasta ahora cuando había levante fuerte los barcos salían de Algeciras y ponían rumbo a Benzú para luego ir costeando hasta nuestro puerto, ahora es raro que en esa zona no haya entre diez y doce barcos fondeados, con lo que evidentemente algún cambio si que han hecho porque sino seria imposible que cualquier buque rápido sorteara tal cantidad de obstáculos marítimos, sin merma de la seguridad para los pasajeros.
Por suerte, estos casos ocurren de tarde en tarde pero también hay que decir que en poco tiempo ya llevamos dos, uno dentro del puerto y otro fuera, pero no por ello se debe bajar la guardia en lo que a los protocolos de seguridad marítima se refiere, adaptándolos según sean las circunstancias del momento y modernizando y proveyendo equipos y sistemas cuando las nuevas circunstancias en el estrecho así lo requieran. La falta de recursos económicos en estos casos jamás puede ser una excusa, además de algo debe servir lo recaudado en las tasas portuarias que al usuario se le incluyen en el billete y que encarece aun mas si cabe el ya de por si para nada barato pasaje.
En cualquier caso y sin pedir responsabilidades por el momento ya que de ellas nada sabemos, si seria conveniente exigir que por lo menos se esclarezca y se transmita con todo detalle a la opinión publica lo sucedido a la mayor brevedad posible, pues su dilación traería incertidumbre para los usuarios, generando temor y miedo a la travesía que unido al desorbitado precio del billete para los no residentes complicaría aun mas si cabe la afluencia de turistas a nuestras tierras.  Quizá ahora y al objeto de sacar algo positivo de tan aciago percance, seria buen momento para que, aprovechando la cercanía de FITUR, las empresas navieras dedicaran parte de su presencia en esta a explicar a sus potenciales usuarios, la relación seguridad, calidad, precio que con la compra de su desorbitado billete se obtiene,  pues no olvidemos que cerca del ochenta por ciento de lo expositores del stand de la ciudad son de estas compañías navieras.