“Hoy en día en España se puede aprender a tocar el violín muy bien”

El violinista José Francisco Bastardés actuará hoy en el Teatro Auditorio del Revellín junto a la Orquesta Ciudad de Ceuta, dirigida por Ángel Hortas. La cita, a las 20:30 horas

El Teatro Auditorio del Revellín acoge hoy desde las 20:30 horas el concierto Los maestros del siglo XVIII, que organizado por la Asociación Cultural Amigos de la Música, será interpretado por la Orquesta Ciudad de Ceuta, dirigida por Ángel Hortas, y teniendo como solista al violín a José Francisco Bastardés, quien concedió ayer una entrevista a El Faro para hablar de su trabajo y de este espectáculo. Aún quedan entradas. –¿Qué va a ofrecer en el Revellín? –Vamos a tocar un programa muy variado y bonito, de obras de Vivaldi, Bach y Mozart. Vamos a tocar el Concierto doble para dos violines de Bach, que es una obra preciosa, cumbre del barroco alemán, de una expresividad preciosa y muy emocionante para el público. La voy a tocar con el violinista Miguel Ángel Chamorro de Vargas, que toca el violín fabulosamente. Luego voy a tocar con la orquesta, que va a estar dirigiendo Ángel, el Concierto número 5 de Mozart, el más famoso que él escribió, muy virtuoso y muy clásico. Tiene un segundo movimiento que es precioso, muy emocionante... La música de Mozart es como la música de ópera. También se va a tocar el Concierto de dos chellos de Vivaldi con la orquesta. Creo que al público le va a encantar. Es un programa muy bonito para el público. –Va a estar acompañado por la Orquesta Ciudad de Ceuta, ¿cómo valora este acompañamiento? –Es maravilloso. Son unos músicos estupendos, muy profesionales y suenan estupendamente. Tengo mucha suerte de estar aquí. –Usted comenzó a tocar el violín a los siete años. ¿Madura antes un niño que empieza tan pronto a estudiar un instrumento que requiere dedicación y constancia? –Creo que es mejor empezar cuanto antes, sobre todo por el desarrollo de la habilidad. Es más fácil de desarrollar las habilidades si se empieza pronto. Imagínese jugando al golf, al tenis o al fútbol. Empiezas desde pequeñín, y cuando tienes 15 o 16 años, pues juegas muy bien. Es lo mismo. –¿Era un niño con mucha fuerza de voluntad a la hora de trabajar o le ‘enganchó’ el violín? –Me gustaba mucho el violín porque mi padre lo tocaba y yo lo veía en casa. A mí me emocionaba mucho verle, me enamoré mucho del olor de la madera, de la cuerda, del arco y del sonido. Era una cosa que siempre me interesó, entonces no era muy difícil pasar el tiempo con él. –Dicen que el violín es uno de los instrumentos más difíciles. –Es difícil en el sentido de que lo haces durante toda la vida. –Siempre se aprende. –Siempre estás mejorando o descubriendo cosas. Los instrumentos de cuerda son difíciles, pero todos lo son. (Abre la tapa de un piano y toca una tecla) En el piano, aprietas la tecla y ahí está el sonido, pero al violín tienes que sacarle un sonido natural y bonito con el arco. Entonces esa mano derecha tiene que desarrollar ciertas habilidades para poder obtener el sonido. –¿Qué siente al tocar el violín? –Pues mucha emoción. Es físico y emocional. Es físico porque tienes que tocarlo con el cuerpo, pero también muy emocional, en el aspecto mental, sobre todo con las obras estas tan maravillosas. Pero esos son los grandes compositores que tocamos, porque todo lo que hay en la página es un idioma, es como el que lee un libro. El escritor es realizado cuando el ser humano lee e intelectualiza lo que está en la página. Pues esto, en cierta manera, es igual. Esto es un idioma y sale a la vida con el instrumento, y nosotros somos vehículos de expresión. –Formó parte de la Joven Orquesta Nacional de España y le han concedido becas para estudiar en Estados Unidos. Desde el principio confiaron en usted. –Sí, he tenido mucha suerte con eso. –Pero se debe al trabajo que ha hecho. –Claro. –¿Se siente orgulloso de cómo está desarrollando su carrera como músico? –Sí, estoy muy contento. Me siento muy afortunado de poder venir a tocar aquí, porque hay muchos grandes músicos en todo el mundo y es una gran oportunidad cuando uno puede venir a tocar aquí. –¿Por qué se marchó a Estados Unidos? ¿Era distinta la formación en España? –Ahora está muy bien, pero en los años 80 y 90 había unos grandísimos profesores en Estados Unidos, de la escuela de Galamian. Yo aproveché esa oportunidad de poder estudiar con la descendencia de esos maestros. Esa es la razón por la que me fui y por la que puedo tocar el violín hoy en día, por lo que me enseñaron mis maestros allí. –¿Cuál es la situación de la música clásica en España? –Hay grandísimos maestros, como Miguel Ángel, Manuel Guillén en Madrid, o Juan Krakenberger en Cataluña, que es con quien empecé a estudiar. Hay grandísimos maestros y mucha gente que se fue fuera y volvió al país y son profesores en conservatorios y en orquestas famosísimas aquí. Ahora creo que no hay necesidad de irse fuera, como a lo mejor hubo una época en que sí. –¿Ahora no es necesario? –Creo que no, aunque es muy bueno salir fuera y trabajar, aprender una lengua nueva y estudiar en otros sitios, por supuesto. Eso es una maravilla y los músicos deberían siempre hacer eso, pero eso lo puedes hacer en verano, no tienes que estudiar en una universidad extranjera hoy en día, aquí en España se puede aprender a tocar el violín muy bien. –¿Qué consejo le daría a los niños que empiezan ahora a tocar el violín? –Que continúen, que nunca lo dejen, que el gol de esto no es ser profesional, el gol de la música es que nos convierte en seres humanos. La música nos hace muy sensibles y muy humanos y es una disciplina fantástica para los niños. Todos deberían hacer música. Te organiza el cerebro, te ayuda en muchas otras áreas intelectuales, las matemáticas, la memoria, la coordinación, la sensibilidad. Es una de las cosas más maravillosas que pueden hacer los niños. Y cuando hay grandísima habilidad o un talento especial, se ve en seguida y allá habrá un gran artista en el futuro, como lo es con el fútbol o con todo.