Jolud Mohamed lleva doce años trabajando en el hotel Tryp (ahora ‘Puerta de África’) y el próximo 6 de diciembre deberá abandonar su trabajo tras haber sido despedida después de que la trabajadora reclamara un cambio de puesto debido a la imposibilidad de seguir ejerciendo su labor como camarera en la cafetería del establecimiento. “Tengo un 53% de discapacidad por la fibromialgia que me diagnosticaron hace cuatro años y por eso solicité que me pasaran a la plaza de jefe de Economato”, explica.
En un escrito dirigido a la empresa el pasado 21 de septiembre, Mohamed solicitaba cubrir esa plaza, “vacante según convenio”, al no “poder ejercer mis funciones al completo” en la categoría de camarera.
Cual no sería su sorpresa cuando no sólo no recibió respuesta a su petición, sino que el puesto que solicitaba fue cubierto por otra compañera, que ostentaba la misma categoría de camarera que ella. “Se obvia el convenio colectivo, especialmente en su artículo 40, referido a la provisión de vacantes. Ni siquiera se ha tenido en cuenta su antigüedad, ni sus condiciones personales o su cualificación para ostentar dicho cargo”.
La trabajadora asegura que se ha obviado el convenio colectivo de la empresa
Mohamed decide entonces remitir un burofax, tanto al gerente de hotel ‘Puerta de África’, Alberto Solano, como al presidente de la Ciudad, Juan Vivas, alegando tener un “legítimo y mayor derecho” que su compañera a ostentar dicho puesto.
Este documento deriva en una reunión del Consejo de Administración a fin de determinar el futuro de la trabajadora. Según la afectada, mientras PSOE se abstiene de votar, Caballas y MDyC se oponen al despido, pero el resto de votos del Consejo falla en su contra.
Finalmente, Mohamed finalizará su contrato con la empresa para la que ha trabajado durante más de una década el próximo 6 de diciembre. “Ha sido un despido por venganza al contar mi caso en una emisora de radio. Ha sido un acto radical e inminente”, comenta.
La empresa justifica el despido en las bajas por incapacidad temporal de la trabajadora a la que se le computan 980 días, aunque Mohamed se defiende asegurando que ha tenido “tres bajas por maternidad que suman cuatro meses y 16 días de lactancia por cada una de ellas y eso es algo que por ley le corresponde a cualquier mujer que haya tenido un hijo”.
Mohamed no tiene intención de dejar así las cosas y ha llevado hasta los Tribunales un despido que considera una “represalia total contra mi persona”.
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