Todo en esta vida siempre se ha relacionado con tomar datos para luego poderlos contrastar. Y así fue lo que me pasó hace unos días al pasear por una zona adyacente al Morro. Vi una pintada que expresaba muy claramente la opinión de nuestros vecinos. Decía textualmente: "Amamos el barrio pero nuestros sueños están fuera de él". Deben de tomar nota los asesores de nuestros dirigentes. Esos que deben de ir de un lugar a otro y hacer caso de las necesidades eminentes de una sociedad que va evolucionando. Yo, por ser técnico, no debo de estancarme en unas ideas antiguas.
Debo de ir informándome de las ideas nuevas que vayan saliendo al mercado. Es digno de ver que los grandes cirujanos están todo el día con el libro en la mano. Cuando hago mención al libro, y esto es por desgracia a las librerías, mantengo la posición de meterme en una de las páginas de nuestro nuevo espabilaburros: Internet.
Donde siempre hay unas nuevas líneas que están tocando nuestros cerebros. Todo esto está recogido aquí. Igual que las ideas de nuestra juventud que también la plasman dentro de las carpetas que cada uno va colgando. Pero, si queremos evitar gastarnos la vista con este método, también está nuestra antigua manera de saber cómo está el patio saliendo a nuestra querida calle y preguntar los malestares que sacuden a nuestra vecindad.
Esa que está muy cerca de nosotros y a la que casi no le hacemos caso. Eso sí, cuando llega la época de votar estamos junto a ellos para hacer unas promesas que solo son eso. La inmensa mayoría de ellas se las lleva el viento. Y así vemos cada día más distancia entre el poder que nos representa y la verdadera fuerza que es el voto de nuestro pueblo llano. No me extraña que digan esas cosas en esos grafitis. Y lo que se guardan para ellos. La verdad me fue revelada cuando pregunté a unos jóvenes sobre la pintada y ellos me dijeron: "Dígame que hacemos aquí en lo alto de este muro. Este que lo considero de lamentación. No tenemos lugares de reunión. Centros de trabajos ocupacionales donde nos enseñen algún trabajo. Lugares donde den charlas para que la juventud tenga algo donde agarrarse cuando entra esos momentos de aburrimiento. Que nos hace caer en pensar en el ‘porrito’ o en la bebida. Comprendo que es caro. Pero más caro nos resulta a nosotros pasar las horas, los días sin hacer nada. Y viendo el porvenir pasar delante de nosotros sin una mínima de esperanza. No lo ve usted igual que yo".
Yo sólo les dije que llevaban toda la razón del mundo. Hay que evolucionar ante una sociedad pasota como en la que estamos viviendo.
Y sólo queda decir lo que uno piensa en público para que nuestras autoridades se den cuenta que la juventud desea estar ocupada y que si no lo está, puede pasar a un plano donde intentar olvidar al Estado donde se encuentran y puede llevarlos a un mundo muy malo que no se desea a nadie. Tenemos que pensar que lo que piden. Es muy poco. En algo donde tener unos momentos de su vida ocupada su mente. No es tanto. Sólo es proyectar módulos ocupacionales para barriadas. Buscar monitores de los más variados temas. Y poner ese granito de arena ante buscar alternativas de ocio. Buscar cosas sanas y a la vez dar trabajo a personas que puedan ayudar a ocupar esas horas muertas de nuestra querida juventud.