Hoy hace una semana justo que te fuiste papá, pero sé que allá arriba hay mucha gente que te quiere y que te han recibido hasta con palmas, porque ahora estáis todos juntos velando por todos los que quedamos aquí. Tengo mi pena y mi corazón roto, tengo mi dolor...
Pero... Me siento afortunada por haberte podido despedir. Porque sé que tu sufrimiento en esta tierra ya ha acabado. Por haberte acompañado hasta tu último aliento, dándote palabras de cariño y sin soltarte de la mano. Te dije que nunca te iba a soltar y así lo pude cumplir. Y porque sabes que encontré a un hombre que me quiere de verdad, que es bueno y que nos va a cuidar ahora que tú no estás físicamente aquí. Aunque tu presencia la tenemos a nuestro lado y la sentimos siempre.
Y me siento muy triste, sí, por que si yo tengo este dolor, no quiero ni imaginar todas esas familias de las más de 5.000 personas que tuvieron que despedirse aquí en España de sus familiares en las puertas de los hospitales o viéndolos partir en las ambulancias y no volvieron a ver más. Y además toda la pena por las más de 23.000 familias que han perdido a sus seres queridos en el resto del mundo. Y que la cifra sigue subiendo papá. Te acuerdas cuando comenzamos a ver las noticias y lo comentábamos el horror que veíamos en China. Pues sí papá, le agradezco a la vida que me haya dado la oportunidad de haberte tenido al lado y en nuestra casa hasta el día 21/03/20 que recordaré de por vida. Mi más sentido pésame a todas las familias que en estos momentos se enfrentan a la pérdida en soledad. Porque no podemos recibir los abrazos de todas las personas que nos quieren. Y se echan tanto en falta. Pero los mensajes, las llamadas, nos han reconfortado mucho más de lo que imagináis.
Todas esas almas víctimas del COVID-19, velarán por todos nosotros hasta el fin de nuestro tiempo. Donde nos volveremos a encontrar.
Papá te volveré a ver. Y ese día será para siempre. Pero hasta que ese día llegue, vela por todos nosotros. Y gracias por quererme tanto. Por darme la vida. Por ser el mejor abuelo y padre del mundo para nuestro Aarón. Porque lo criaste como un hijo. Y lo mimaste como un abuelo. Te echamos de menos, pero sabemos que ahora estás por fin feliz, habrás visto a mi abuelo Paco y a mi abuela María, ahora estarás caminando de nuevo y charlando con el tío Luis, contándole cómo estamos. Tendréis a Paca detrás vuestra haciendo de las suyas. Saluda a tu tía Paquita, tía Amparín y tío Mariano que te querían tanto. Y a tus padres papá, que aunque no fueron perfectos, a su manera te querían y no albergues ningún ápice de dolor más por lo vivido en la tierra. Saluda a Macarena (seguro que cuando la veas te acordarás de mí), ella tuvo mucho que ver en que conociera a Enrique Heredia Pérez y a María del Rocío que sus familias, su hermana uf lo que la echa de menos, sus padres la echan mucho de menos... pero diles a ellas que yo voy a estar con ellos como estuve contigo. Al padre de mi amiga Afri, dile que ya está todo bien y su hija ya está en casa. Ya todo pasó y lo mejor que hay en esta vida es estar en paz con uno mismo. Y tú lo estás. Como yo lo estoy por haberte dedicado tus últimos años a cuidarte junto con mamá al pie del cañón. Creo que debes estar muy orgulloso de la pedazo de mujer que has tenido al lado. Porque nunca se rindió, siempre quiso intentar salvarte, por encima de su salud. Pero tu cuerpo no pudo más papá. Y tu corazón hace una semana se paró. Pero en nosotros siempre estarás y en todas esas personas a las que hiciste tanto bien. No fuiste perfecto, nadie lo es. Pero me siento orgullosa de haber sido tu hija. Y te prometo que seremos felices. Y te recordaremos siempre entre sonrisas y lágrimas de felicidad por haber vivido junto a ti.
Te quiero papá y siempre te querré.