Han pasado treinta años de su pérdida, pero Juan Carlos Arriaga sigue más vivo que nunca en la memoria de Ceuta. Sus compañeros de la
Policía Local no le olvidan, y por ello celebrarán este martes a las once de la mañana un homenaje con motivo del trigésimo aniversario de su fallecimiento en acto de servicio el 25 de julio de 1993. El evento se desarrollará en la entrada principal del edificio de la Jefatura del Cuerpo, donde se encuentra la
placa que recuerda el luctuoso suceso. Durante el acto se leerá una breve reseña de la intervención en la que perdió la vida, se oficiará un responso y se depositará una corona de laurel junto a la enseña conmemorativa. El funesto destino de Arriaga, un joven de 26 años con un hijo de 21 meses que esperaba un segundo bebé junto a su mujer, Isabel Aguilar López, marcó a toda la ciudad. Él fue el único policía local fallecido en acto de servicio. El Faro de Ceuta
recogía la noticia de su entierro: "Un policía local muerto y otro herido grave al caer desde una azotea cuando perseguían a un delincuente". Narraba la historia el entonces jefe de la Policía Local, Ángel J. Gómez Prieto.
Sucedió en una vivienda de
Juan Carlos I, al filo de las ocho de la tarde de aquel trágico domingo, cuando trataba de evitar un robo junto a dos compañeros. De la residencia, en el bloque 16 de la avenida, habían visto salir a dos personas y al menos una portaba un arma blanca. Cuando se produjo el mortal accidente, el agente perseguía a uno de los individuos en una azotea. Era una cuarta planta y los otros agentes habían pasado por encima de la misma claraboya que había pisado el delincuente. Sin embargo, el destino quiso que esta cediese bajo los pies de Arriaga, cuarto en poner sus pies. Martín advirtió la fatal circunstancia y en un impulso le cogió de una mano para intentar evitar la caída, pero ambos se precipitaron al vacío desde 25 metros de altura. Con rapidez fueron trasladados al
Hospital Militar, el más cercano.
Un milagro y una tragedia
Edema pulmonar, fractura de mandíbula y un brazo, contusiones y hematomas se reflejaban en la historia de Martín, quien salvó milagrosamente la vida. Arriaga no lo logró. Falleció apenas media hora después de su ingreso y el dolor se espació por la barriada Loma del Pez, donde ambas familias tenían fijada su residencia y la noticia caía como un jarro de agua fría. Desde entonces no le olvidan. Tampoco en el cuartel, allí sus compañeros mostraron una placa en su recuerdo el 25 de julio de 2018. Se cumplían 25 años del incidente. En este 2023, en el acto en el que sus compañeros revivirán esta historia que cumple tres décadas, participarán además del presidente de la Ciudad, Juan
Vivas, y el consejero de Presidencia y Gobernación, Alberto Gaitán, familiares del fallecido, mandos y compañeros de la Policía Local, jubilados o en activo, y miembros de la asociación San Urbano.