Hace unos meses, imágenes de personas huyendo de Ceuta dirección Marruecos hubieran sido impensables. Sin embargo, la pandemia del coronavirus ha cambiado absolutamente todo, dejando instantáneas prácticamente históricas. Así, las escenas de marroquíes abandonado nuestra ciudad a la carrera, buscando un pequeño despistes de agentes y deseando llegar al vecino país, se están convirtiendo en habituales. La vieja normalidad, pero al revés.
Este lunes otros dos atrapados marroquíes han logrado salir de Ceuta a la carrera, por el espigón de Benzú, para regresar a Marruecos, país del que provienen, donde tienen sus familias y sus vidas, pero al que no pudieron regresar porque se cerraron las fronteras y su país no los aceptaba. Cinco meses después, tras una larga desesperación, lo intentan de todas las maneras.
En esta ocasión, como ocurriera el pasado viernes, el espigón de Benzú ha sido el lugar donde dos atrapados han buscado, con éxito, volver a Marruecos. Uno de ellos, según ha podido saber El Faro, es un trabajador de la zona de Benzú, que anteriormente estaba empleado en el sector de la hostelería y que debido a las consecuencias devastadoras que ha tenido toda esta crisis sanitaria perdió el empleo.
Y es que entre quienes ahora desean regresar a Marruecos se encuentran muchas historias de trabajadores a los que el cierre de fronteras les 'atrapó' en Ceuta, sin posibilidad de regreso a su país, desde donde llegaban a nuestra ciudad cada día. Sin trabajo aquí, y con sus familias y vidas en el vecino país, su país, ahora hacen todo lo posible para regresar. A la carrera por Benzú, bordeando el espigón, está siendo uno de los métodos más empleados.
Con todo ello, la Guardia Civil ha abortado muchas de estas escapadas. Hacerlo con todas es imposible, supondría tener un agente fijo las 24 horas en el espigón, sin moverse un milímetro, ante los bañistas que a diario acuden a la playa del Algarrobo y entre los que se infiltran los marroquíes atrapados en Ceuta cuya aspiración es volver a su hogar.
Según los datos a los que ha tenido acceso este periódico, medio centenar de atrapados ha conseguido llegar a su país cruzando a nado el espigón del Tarajal y, ahora más asiduamente, el de Benzú. Son datos que se corresponden con bajas o con detecciones publicadas en forma de historias todos estos meses. Si hablamos del número real que lo ha intentado, habría que multiplicar al menos por tres esa cifra.
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