Anas tiene 16 años. Hace justo hoy 12 días hizo lo que otros chicos de su edad: creer que al otro lado de la frontera, en Ceuta, hay oportunidades para salir adelante y creer también que en la ruta del espigón está la alternativa cuando en demasiadas ocasiones lo que se escribe es la tragedia.
Su familia sabe que cruzó a nado con dos amigos más, todos menores de edad. En su tierra, Marruecos, no está. Sus padres han preguntado en centros a donde suelen llevar inmigrantes interceptados en el lado marroquí pero no hay rastro. Este se pierde en el pase a nuestra ciudad.
La familia de Anas Chafik vive en Tetuán. Sin posibilidad de cruzar el Tarajal ante las restricciones del visado que se convierten en una auténtica dictadura para muchas familias, desconoce cuál es el paradero del joven.
En el momento del cruce a nado Anas vestía pantalón negro, camiseta blanca con estampas amarillas además de zapatos deportivos de color marrón claro
En su mano izquierda tiene una cicatriz ya que fue sometido a una operación para colocarle un hierro. Anas tiene mechas entre rojo y marrón en el pelo y le falta un diente.
Son detalles ofrecidos con desesperación por unos padres que arrastran algo más de una semana sin datos sobre su hijo.
Son demasiadas historias de desaparecidos, historias que se pierden en las crónicas publicadas, historias a las que no se les consigue poner un cierre.
Semanas atrás este periódico ha dado a conocer historias de más chicos, muchos menores, de los que nada se sabe. Nunca han aparecido ni en Ceuta ni tampoco en el mar. Son muchos, demasiados para que queden el olvido, para que una ciudad frontera no disponga de mayores mecanismos para darles continuidad.
Padres como los de Anas esperan unas noticias que nunca llegan. Es la gran desgracia en la sombra de la frontera sur.
Parexe que va a ser necesario Paco Lobaton. Señora Carmen, los problemas que motivan estas acciones, surgen en el pais de ellos, ni somos responsables, ni tenemos por obligacion acernos cargo de todos ellos. Es alli donde deben protestar y exigir y no desde este medio, pretender dar soluciones a costa de otros.
Desde este medio se informa, si le parece mal dar voz a los desaparecidos es que nos hemos convertido en inhumanos...
A por el sueño europeo!!