Hoy, en el Día Internacional de la Limpieza, Clece quiere transmitir su enhorabuena y su gratitud a los trabajadores y trabajadoras que prestan sus servicios de limpieza en nuestra ciudad. En un día que busca rendir homenaje a quienes se ocupan de que nuestro entorno esté limpio y cuidado, aprovechamos para dar voz a una trabajadora de limpieza de Clece recién jubilada, Turia Rabah, quien con su experiencia en el sector, y desde la perspectiva que ofrece el tiempo, nos permite conocer los entresijos de un servicio fundamental que no siempre recibe el protagonismo que merece.
Turia, ceutí de nacimiento, comenzó su andadura en el mundo laboral a finales de la década de los 80, prestando servicios de limpieza en los llamativos barcos Hydrofoil, que con sus característicos patines daban un aura de futurismo al Puerto de la ciudad. Como ocurre con muchas de las personas que acceden a los servicios de limpieza, Turia encontró en este trabajo una vía para conseguir su independencia y mejorar las perspectivas de su familia, algo que recuerda con alegría; “fíjate, ¡pude ahorrar para comprarme mi primer coche a tocateja!”.
Finalmente, y pese a algunas pausas impuestas por el devenir del mercado laboral, al principio de la década de los 2000 Turia accedió al que se convertiría en el trabajo de su vida, y donde acabaría por encontrarse con Clece: el servicio de limpieza en las dependencias de la Ciudad Autónoma, un puesto en el que trabajó incansablemente hasta su jubilación, a finales del pasado agosto. En total, 23 años de trabajo en el servicio de limpieza que han permitido a Turia obtener los recursos necesarios para construir su vida y alimentar una de sus pasiones, los viajes, “a mi el trabajo me ha permitido disfrutar mucho, no todo el mundo puede presumir de haber viajado a sitios como Egipto o Estambul”.
Radiante ante la nueva etapa que se abre en su vida, Turia explica que el servicio de limpieza es “un trabajo como otro cualquiera, ni más ni menos”, pero que “resulta absolutamente fundamental” y además requiere de una gran capacidad de adaptación; “por ejemplo, yo he trabajado mucho tiempo en la Consejería de Servicios Sociales, accediendo a despachos de altos cargos, y en esos lugares es importante el saber estar y la discreción, a veces hasta saber interpretar cuando está habiendo una conversación delicada y debes omitirte”. Ejercitando estas virtudes, afirma, las personas que trabajan en estos centros -tanto funcionarios como cargos políticos- fueron valorándola poco a poco hasta establecer con ella una relación de “plena confianza”.
Y es que resulta muy complicado imaginar cualquier lugar de trabajo sin el continuo discurrir de ese personal, silencioso y pragmático, que día y noche se afana en mantener nuestro bienestar. No en vano, “llegar a todas partes” es precisamente una de las particularidades del servicio de limpieza. Desde un Hospital o una planta industrial, pasando por oficina cualquiera y hasta el Palacio de la Zarzuela, cosa que nos corrobora Turia con muy buen sentido del humor al confirmar que “si hubiera una base en la luna, alguien tendría que ir a limpiarla”.
Como trabajadora experimentada que ha vivido el paso de varias empresas, Turia no quiere dejar pasar la oportunidad de expresar su agradecimiento y cariño a Clece y a los responsables de su servicio, de quienes destaca su humanidad y su disposición para resolver con rapidez cualquiera de sus necesidades en el día a día.
La gran constelación de casi 35.000 empleadas y empleados de limpieza que tiene Clece a nivel nacional está formada por personas e historias reales de superación y empoderamiento, y por trabajadoras y trabajadores comprometidos como Turia, que ponen sus manos y su tiempo al servicio de los demás, situando a Clece como una empresa referencia del sector. En este sentido, el delegado de Clece para Ceuta y Melilla, Cristóbal Sánchez, no quiere dejar pasar este día sin recordar que “si la empresa y los que la dirigimos hemos tenido éxito, creciendo y ofreciendo trabajo a tantas personas, es gracias al esfuerzo de quienes trabajan en los servicios de limpieza todos los días”.
La vocación de Clece por cuidar de las personas se extiende al mantenimiento de los lugares donde viven y trabajan, integrándose en el tejido social a través de la diversificación de servicios, hasta el punto en que, hoy por hoy, resulta difícil pensar en una empresa de limpieza y que no venga a la mente el logo de Clece.
Por eso, por tantas jornadas de trabajo en favor de la comunidad y por el compromiso de la plantilla de limpieza en los desafíos que están por venir, en este Día Internacional de la Limpieza, desde Clece queremos agradecer a nuestros empleados y empleadas su dedicación, así como mandar un fuerte abrazo a nuestra compañera Turia Rabah, deseándole que disfrute de su jubilación como merece. El compromiso y profesionalidad de las personas que forman la familia Clece son la razón por la que la empresa mantiene la excelencia en el servicio. ¡Feliz Día Internacional de la Limpieza
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