El Juzgado de lo Penal número 1 ha condenado a un vecino de Ceuta a una pena de 7 meses y 15 días de prisión por un delito de resistencia y al pago de 300 euros en concepto de multa por otro delito leve de maltrato de obra, concurriendo la agravante de reincidencia. Los hechos a los que hace referencia la sentencia, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso El Faro de Ceuta, rozan lo surrealista, ya que el llamado A.H.H. arremetió contra dos policías nacionales que le estaban rescatando en el puerto deportivo, ya que el acusado se había arrojado al agua después de molestar a los viandantes. Esto ocurrió el 20 de septiembre, pero solo una semana antes había hecho lo mismo, arremetiendo esta vez contra los guardias civiles que le rescataron; hechos por los que ya había sido condenado por el Juzgado de Instrucción número 3 a cuatro meses de prisión por atentado. Esa pena había quedado suspendida al carecer de antecedentes, cosa que no sucederá ahora con la dictada por el Penal número 1 que ha hecho constar la reincidencia en los hechos, imponiendo por ello cárcel y no multa.
En la sentencia dictada se ha tenido en cuenta las “declaraciones coherentes, uniformes, coincidentes y complementarias” que ofrecieron en sede judicial tanto los policías que actuaron como un trabajador del puerto deportivo. Sus manifestaciones visualizaron una intervención surrealista, que tuvo como protagonista a A.H.H., marroquí que acostumbra a dormir en un vehículo en el puerto deportivo y que ha protagonizado varios incidentes con trabajadores y fuerzas de seguridad.
Esa noche estaba molestando a los viandantes y después se arrojó al agua, acción que fue vista por un trabajador que fue quien avisó al 091, desviándose una patrulla del CNP a la zona. Los agentes lograron sacarlo del agua y el acusado, “les increpó, con claro desprecio al principio de autoridad, comenzando después a lanzarles manotazos y patadas”, provocando lesiones a uno de los policías. El trabajador del puerto deportivo declaró que el acusado parecía estar bebido y adoptó una postura violenta molestando a los demás. Este negó los hechos y ofreció una declaración que ha sido calificada de “inverosímil”, relatando que se había tirado al mar porque “cuatro individuos querían agredirle y robarle”, añadiendo que “la Policía le sacó del agua y le dio una paliza”. Evidentemente su versión era falsa y la propia magistrada recoge en sentencia “la situación surrealista” en la que se desarrolló el acometimiento contra la Policía “que intentaba auxiliarlo”, mientras el acusado “les agredió e insultó”.
La pena aplicada es de prisión y no de multa al ponerse de manifiesto “el escaso efecto preventivo y disuasorio” que tuvo la anterior condena por los mismos hechos y que se le había suspendido.