Opinión

La historia secreta de Tío Alberto de Serrat

Joan Manuel Serrat, en la canción “Tío Alberto” lo inmortalizó en 1971, Alberto Puig Palau (Barcelona, 1908-1986). En Cataluña, Alberto era una especie de mecenas, el último gran señor de una vieja clase dirigente, una burguesía industrial. Por su vida desfilaron escritores como Josep Plá o Jean Cocteau, cineastas, actrices, toreros, bailaores de flamenco, intelectuales... Durante la Segunda Guerra Mundial, colaboró Alberto, con la Resistencia francesa contra los nazis, razón por la cual le concedieron más tarde la Legión de Honor.
Hace unos meses tras buceando, entre otros, investigué en el Archivo Intermedio Militar de Ceuta para preparar mi último libro, “Mujeres ceutíes olvidadas. Represión, cárceles y fusilamientos (1931-1958)”, encontré documentación de “décadas ocultas”. Desvelé la “rocambolesca”, cuando la hermana de Alberto se convirtió en espía doble, entre Tánger y Tetuán.
Durante la guerra civil, nos encontramos a un joven Alberto Puig en cuyo expediente militar se indica al jefe de la caja de reclutas de Ceuta «que el mozo del remplazo de 1929 se encuentra en el grupo de regulares, en el noveno tabor, desde el 25 de junio de 1937». Ya en este destino, su comandante advirtió las cualidades de Alberto ―sabía hablar cinco idiomas― y lo recomendó Juan Beigbeder, que acababa de tomar posesión como alto comisario y lo nombró secretario.
En diciembre de 1937, Pilar Puig viajó en avión a la capital del Protectorado, Tetuán, para visitar a su hermano. Este había enfermado de gravedad mientras hacía los cursillos de alférez provisional en el acuartelamiento legionario de Dar Riffien, muy cerco de Ceuta. Mientras se recuperaba, ella asistió a todas las fiestas y recepciones de la Alta Comisaría en los diferentes consulados. Pilar se hospedó en el Hotel Nacional, el mejor de Tetuán en aquella época.
Un día, el alto comisario, Beigbeder fue visitar a Alberto en su casa para interesarse por su salud, y estaba también Pilar, y oferta a su hermana: que se convirtiera en espía y fuese a Tánger para vigilar a los republicanos y asilados políticos de izquierdas.
Alberto Puig dejó por escrito en el procedimiento que se realizó posteriormente cómo fue esa oferta del alto comisario: «Beigbeder me visitó, por encontrarse enfermo, como hacía habitualmente, y aprovechó para decirme que había pensado en Pilar para encomendarle cierta clase de servicios, cuales eran el relacionarse con gente de la alta sociedad de Tánger con el propósito de obtener noticias que pudieran interesarle».
Alberto le contestó que no creía conveniente que su hermana se introdujera en esos asuntos, ya que esa clase de servicios requiere personas expertas y de condiciones especiales para su desempeño. No obstante, el alto comisario insistió señalando las virtudes de Pilar, una persona que sabía tratar con la alta sociedad como había demostrado en alguna que otra recepción en Tetuán, y cuya forma de ser le permitiría moverse en un ambiente social distinto al que los agentes estaban habituados.
Después de esta conversación, Alberto expuso a su hermana que no debía aceptar por ser peligroso y difícil de desarrollar con éxito. Con el nuevo año, 1938, su hermano ya se había recuperado y, en marzo, Beigbeder reiteró el ofrecimiento a Pilar. El alto comisario le dijo que se fuese a Ceuta y lo valorara. Así hizo. Permaneció cinco días alojada en el lujoso Hotel Majestic, en la calle La Muralla, tras los que regresó a Tetuán y Beigbeder repitió su propuesta, que ella finalmente aceptó.
El alto comisario puso a Pilar, su disposición un coche con chofer que, al día siguiente, la llevó a Tánger. Allí tomó una habitación en el prestigioso Hotel Riff y comenzó a asistir a fiestas y tertulias políticas e ir de compras y anotando todo lo que ella entendía podría ser de utilidad al Estado español sobre los republicanos tangerinos.
La Alta Comisaría le hizo llegar un listado con nombres de personas que interesaba investigar en Tánger, incluyendo a Madame Joste, agente francesa y modista de alta costura. Ambas mujeres se reunieron en el Hotel Minzah, lo que Pilar explica: «Le compré varios trajes, un abrigo de lana y un abrigo de playa, y no hablamos de política». También le señalaron a destacados republicanos, como Francisco Vallejo, José Díaz o Naraindas Tolaran, y conocidos fascistas, como el doctor Amieva ―jefe de Falange en la ciudad internacional― así como la famosa espía Rosalinda Fox, espía del servicio secreto inglés.
Lógicamente, tampoco pasó desapercibida para los republicanos, y el Socorro Rojo Internacional (SRI) contactó con Pilar, su entorno por mediación del dirigente Sobrado Cosme Cossío (Paulino), trabajador en las oficinas de telégrafos al servicio del Gobierno de la República, para ver la posibilidad de que les fuera útil dados sus buenos contactos con los dirigentes fascistas de Tetuán y Ceuta, y así servir a la causa republicana.
Al menos, eso es lo que se indica en el informe sobre ella realizado por el Socorro Rojo Internacional de Tánger: «Autorizada para hacer la gestión, Madame Joste comunicó días después al compañero Sobrado que su amiga Puig accedía a ponerse a nuestro servicio con la condición de que esto fuera conocido de la sola persona que le sirviera de enlace.

Colabora con los republicanos

Pilar Puig ayuda a los militantes de izquierda en Tánger, con el Socorro Rojo en la ciudad internacional. Se establece su enlace con varios militantes republicanos. En un informe secreto del SRI, se confirma la actuación de Pilar: «Acogida en principio con recelo por creerla enviada por la Alta Comisaría para introducirla en nuestro ambiente, se comprueba desde el primer momento de su trabajo que sus informes son de bastante precisión y revelan que es mujer habituada a esta clase de servicios, pues es observadora y detallista, sabe manejar hábilmente sus relaciones para conocer y contrastar datos». Sin embargo, el Servicio de Investigación de la Policía Militar (SIPM) fascista descubrió el doble juego de Pilar a principios del verano de 1938 y enviaron un documento a Beigbeder sobre su actitud sospechosa. El 2 de junio de 1938, la maquinaria franquista para detenerla se puso en marcha. Ella estaba entonces en la península, por lo que remitieron un telegrama al ministro de Orden Público de Valladolid -donde creen se encuentra-anunciándole que el pasaporte de Pilar ha sido anulado.

Pilar, hermana de Alberto, ayudó al Socorro Rojo en Tánger

En junio de 1938, detienen a Pilar Puig por el delegado de Orden Público en San Sebastián, donde Pilar veraneaba habitualmente: «Le retire V.S. pasaporte expedido por esta Alta Comisaría e impidiéndole su regreso a este punto. Asimismo, deberá recogerle el coche, que es propiedad de esta Alta Comisaría ordenando al conductor se presente en Tetuán con él inmediatamente».
El asunto se complicaba para Pilar. El SIPM no cejó en aportar nuevos documentos comprometedores señalándola como agente al servicio del Gobierno de la República. Un telegrama enviado el 23 de julio de 1938 desde la oficina de información republicana de Tánger al subsecretario de la Dirección de Marruecos en Barcelona resultó contener un texto muy comprometedor, después de descifrado, sobre un contacto de la espía francesa Madame Joste con Pilar Puig.
Igualmente, el SIPM informó a la Alta Comisaría que Pilar se había visto con la destacada espía Rosalinda Fox, agente del servicio secreto inglés, en Sevilla mientras su hermano Alberto se encontraba en Ronda reponiéndose de un enfriamiento pulmonar: «Procédase a la vigilancia escrupulosa de Pilar Puig no permitiéndosele la salida de la España nacional».
A primeros de septiembre de 1938, un telegrama de la jefatura del SIPM se recibió en el servicio secreto de la Alta Comisaría: «Ruego extreme vigilancia Pilar Puig, impidiendo salida a España. Correo se envían documentos». Los documentos a que el telegrama alude son reproducciones fotográficas de varios listados del SRI en los que figuran los enlaces de Tetuán, y Pilar Puig aparece como auxiliar del jefe de brigada junto al dueño de un numerosos ceutíes se refugiaron en la cercana Tánger y en Casablanca. El SIPM ordenó sus pruebas concluyentes: «La completa seguridad de que el Socorro Rojo Internacional de Tánger tiene entre sus agentes a sueldo a una Pilar Puig cuya identidad coincide con Pilar Puig Palau, objeto de esta nota. Ella ha venido facilitando informes al S.R.I. de Tánger, explotando su situación social en la zona del Protectorado, la posición de su hermano (Alberto) en la Alta Comisaría, su amistad con el alto comisario e incluso la misión secreta que este último, sorprendido en su buena fe, la encomendó. Que todo ello es suficiente para determinar la inmediata detención de Pilar Puig sin que parezca necesario demorar estas medidas para conseguir mayores averiguaciones. Burgos, 14 de octubre de 1938». A finales de octubre de 1938, Pilar se encontraba en San Sebastián después de haber visitado varias ciudades andaluzas. Una mañana, varios policías la arrestaron. Le retiraron el pasaporte y salvoconducto expedidos por la Alta Comisaría, Beigbeder, y comunicaron que el coche quedaba requisado, y que el chofer debía regresar con él a Tetuán. Fue ingresada en la donostiarra prisión de Ondarreta.
El Servicio Secreto (SIPM) de Burgos envió un escrito a sus compañeros de San Sebastián: «Aparece Pilar Puig Palau como posible responsable de un delito de espionaje». El juez instructor comenzó un procedimiento judicial que podría desembocar en un consejo de guerra. Se le adjuntaron las copias fotográficas del SRI e indicaba qué juzgado militar iba a realizar las diligencias sumariales para entregarle la numerosa documentación que obraba en poder del SIPM sobre Pilar Palau.
Otras informaciones hacen referencia de Pilar ha sido objeto de diferentes informaciones que la señalan como de antecedente izquierdista y catalanista. Se supone que prestaron una ayuda económica muy importante a Esquerra Catalana con motivo de las elecciones de 16 de febrero de 1936. Se informa que Alberto perteneció al partido Acción Catalana.

Septiembre de 1938. "Un telegrama de la jefatura del SIPM se recibió en el servicio secreto de la Alta Comisaría: "Ruego extreme vigilancia Pilar Puig"

El juez tomó declaración a Pilar en la prisión de Ondarreta inquiriendo si los encuentros con la espía francesa Madame Joste fueron muchos. Ella respondió que, como Beigbeder le indicó, tenía que entablar amistad con la alta sociedad, por lo que acudió al Hotel Minzah (Tánger), donde la aludida se hospedaba. Vio los modelos que tenía y le compró unos cuantos, esa fue la razón de querer conocerla.
Existe otro documento del servicio secreto en Burgo, con fecha 23 de febrero de 1939 en el que se puede leer: «Relación nominal del personal que presta servicios en el telégrafo rojo de Tánger». Pasaron los meses y Pilar fue trasladada al penal de Burgos, desde allí hizo una nueva declaración ante el juez, ya que se había acordado de una confidencia realizada por el embajador italiano advirtiéndola de lo peligroso que era su cometido como informadora.

A Ceuta, a la prisión de mujeres del Sarchal

El trabajo del juez instructor concluyó el 22 de marzo de 1939, y tan solo restaba fijar el día del consejo de guerra. El procedimiento sumarísimo constaba de 113 folios. No obstante, el auditor de guerra de la Región Militar de Burgos, José Casado, alegó que ellos no debían juzgarla, sino en el lugar donde los hechos se habían producido, en Ceuta y en el Protectorado español en Marruecos, y que debía inhibirse de su conocimiento en favor de la autoridad judicial de las fuerzas en el mencionado Protectorado. Mientras las auditorías de Burgos y Ceuta intentaban dilucidar dónde se celebraría el consejo de guerra, Pilar cumplió más de un año en prisión. El auditor de Burgos expuso al de Ceuta que ellos debían hacerse cargo, pero que remitiría un escrito al Alto Tribunal y que este fallase. En tanto el asunto se resolvía, el juez instructor de Burgos decidió dejarla en libertad condicional el 31 de julio de 1939. Un mes más tarde, el Alto Tribunal Militar determinó que la Auditoría de Ceuta era competente para juzgarla. Se nombró secretario de la causa al capitán González Novelles, y el juez sería el comandante Juan León. Este, en junio de 1940, comunicó a Pilar que no debía moverse de San Sebastián, ya que seguramente sería trasladada a Ceuta, a la prisión de mujeres del Sarchal, para juzgarla, pero tras estudiar la causa, el juez de Ceuta dictaminó el 14 de julio de 1941 su sobreseimiento provisional y se archivó definitivamente el 20 de diciembre de 1943.

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