Sabrina y Mohamed no aguantaban más. Casados hace un año, sin trabajo, decidieron que lo mejor sería cruzar el espigón del Tarajal en una pequeña embarcación para entrar en Ceuta. Y así lo hicieron este pasado martes por la noche, cuando Sabrina llamó a su madre por teléfono para comunicarle que ya estaba en el mar junto a su esposo. Después de aquel contacto, cesó la comunicación. La familia temía lo peor. Las noticias de muertes y de desapariciones en la frontera sur no cesan y sospechaban que “el pequeño bote” había naufragado. “Estábamos como en un funeral en casa, sin saber dónde estaban”, explica el hermano de la joven.
La cadena de ayuda altruista y humanitaria a veces funciona. Al menos lo ha hecho en el caso de esta familia que pidió ayuda a través de redes sociales y mediante contacto con El Faro de Ceuta para comprobar si realmente la pareja había conseguido llegar hasta Ceuta. Ella, de 17 años; él, con 20. Era la primera de las salidas para ambos, carentes de trabajo y sin un futuro o una alternativa de vida. Sin hijos en común, vieron en esta escapada una oportunidad de vida.
Naturales de Tetuán, desde Castillejos habían partido a nuestra ciudad, perdiendo comunicación en plena travesía. La difusión de su historia y las llamadas constantes a distintos organismos vinculados de una u otra manera a la inmigración –bien en su atención humanitaria o bien en su interceptación- dieron a conocer la mejor de las noticias. Sabrina y Mohamed se encuentran sanos y salvos en Ceuta, a donde llegaron tras bordear la franja marítima que los separaba de su país.
Esta misma tarde se pusieron en contacto con su familia, que estaba desesperada y temía que se hubiera producido una auténtica desgracia. Son muchos los que desaparecen en plena travesía, otros tantos los que mueren. Una situación que se ha recrudecido desde el cierre de la frontera.
Ahora Sabrina y Mohamed quieren pedir asilo humanitario, como tantos marroquíes de los que han llegado a Ceuta en estos últimos meses que rechazan volver a su país. La situación para muchos de ellos no es buena en su tierra de origen y los argumentos que se exponen son variados, aunque pesan las razones económicas. En el caso de esta pareja no tiene futuro y aspira a buscar uno en nuestro país, tras exponer sus vidas a bordo de una balsa.
Ambos deambulan por Ceuta porque no se les ha permitido la entrada en el Tarajal debido al brote de covid que ha llevado a tener que aislar tres naves. Confían en poder encontrar un refugio donde permanecer.
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