El Jurado del Premio María de Eza hizo ayer público el fallo que este año condecora a la presidenta de la Asociación Ceutí de Mujeres Mastectomizadas, quien lo recibirá el próximo día 8
Confiesa que la cogió totalmente desprevenida, “casi recién levantada”, cuando le dieron la noticia, pero como una veterana en ser jurado para el Premio María de Eza, Hilda Castro tardó en procesar las palabras que ayer le hacía llegar la consejera de Sanidad. “Me costó procesarlo y me lo tuvo que repetir un par de veces”. Después de eso, mucha alegría, pero sobre todo agradecimiento, principalmente a la organización en la que se ha dejado su fuerza y su alma, la Asociación Ceutí de Mujeres Mastectomizadas (ACMUMA), que como su presidenta, se ha convertido en el Premio María de Eza a la mujer ceutí del año.
El Jurado del Premio hacía ayer público su fallo a favor de Castro por su trabajo “incansable” al frente de ese colectivo desde su creación en 1996, cuando lo fundó junto a Teresa Roa, condecorada con el María de Eza aquel año. Unos comienzos que recuerda “muy duros”, pero que no se pensó “dos veces” cuando la entonces presidenta se presentó en su casa con ese arduo trabajo. “Llegó y me dijo: Hilda quiero formar una asociación y he pensado en ti”, declara. En ella, probablemente, vio esa fuerza que ayer le reconocía el Jurado y con el que será condecorada el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
En su vigésimo segunda edición, el galardón reconoce el esfuerzo de Castro en sensibilizar y concienciar a las mujeres ceutíes acerca del cáncer de mama y sobre cómo hay que afrontar esa enfermedad. Una percepción que le ha costado 25 años de lucha, los que lleva al frente la asociación, en los que ha visto una evolución “favorable” en la asunción de la enfermedad. “Por fin hablamos libremente, con la voz alta y clara, lo decimos sin problemas, porque el hablarlo y compartirlo juega un papel muy importante en la lucha contra el cáncer. Las mujeres han vencido esa vergüenza de hacerlo algo oculto, como un tema tabú”, declara a FAROTV.
Pero no es lo único por lo que Castro ha luchado en este cuarto de siglo. El primer objetivo de la asociación fue conseguir una unidad de oncología, y se consiguió, después vinieron muchos más retos, todos ellos alcanzados, y a ellos se une su último frente: conseguir una unidad de mama en el Hospital Universitario, también confirmado ayer, por lo que se convirtió en un día “doblemente feliz”, y según le confirmaron está previsto que se inaugure el próximo día 8.
Castro asegura que ve la meta en su labor al frente de la asociación, pero “cuesta ceder el testigo porque no hay nadie dispuesta a cogerlo”. Explica que después de tantos años “está quemada” y la organización está necesitada de aires nuevos y jóvenes que la doten de un cambio y proyectos renovadores. “Yo seguiré siempre luchando junto a quien decida liderar nuestra batalla, porque detrás de esa persona el trabajo que se hace es enorme y es por ello, que el premio va dedicado a esas grandes luchadoras”, comenta Castro.