Valga la verdad que existen hombres como Antonio Pérez Ruiz, que guardan en su memoria hechos de armas con una conducta no solo heroica, sino también ejemplar, ya que, siendo cabo del Grupo de Policía fue destinado en el puesto de Tiliuín, donde se destacó como sus compañeros en mantener la defensa de dicho puesto, ya que enemigo, a pesar de varios ataques, no pudo ocupar dicho puesto debido a la heroica defensa de sus policías, que evitaron lo que hubiese sido una masacre. Sin embargo, es triste que hechos como el que se narra en este articulo la mayor parte de las veces duermen en un cajón.
De Jaén a las montañas de Ifni
Antonio Pérez Ruiz, nacido en el pequeño pueblo de Castillo de Locubín (Jaén), supo desde muy joven lo que era ganar el pan con el sudor de su frente. Como buen jienense tenía un carácter alegre como todos sus paisanos de buenas costumbres, siendo esta una tierra de hombres célebres como Francisco Coello, Bernardo López, Juan Martínez Montañés, Pedro Delgado o Bernardo López, entre otros.
Perteneciente al reemplazo de 1956, a Antonio Pérez Ruiz tras su filiación en la Caja de Reclutas de Jaén, en el sorteo de incorporación a filas, le correspondió el destino a Sidi Ifni, incorporándose al territorio y siendo destinado al Grupo de policía de Ifni. Una vez juró bandera, su destino fue al Puesto de Tiliuín, a más de 100 km de la capital.
El jefe del puesto era el teniente Juan Pradillo Lozano, el cual se mostraba orgulloso de tener a estos valientes soldados a su mando como así lo manifestó: “quiero destacar que después de 35 años de servicio me hace sentirme orgulloso de tener bajo mi mando a estos soldados. Estos soldados fieles y leales, siempre contentos y con entusiasmo para todo es único. Y voluntarios para todo. No dejo de recordarlo en aquellos días de verdadera prueba”.
El 4 de diciembre de 1957, tras varios días duros de asedio, llegaban al puesto en el primer lanzamiento en acción de guerra la 7ª Compañía de la II Bandera de La Legión y posteriormente la VI Bandera de La Legión, liberando el puesto. Junto con nuestros policías se encontraban un maestro albañil y dos mujeres. Fue un momento en el que hubo lágrimas en los ojos con los abrazos a los paracaidistas y legionarios, tras aquellos días de intenso sufrimiento en una escena difícil de narrar.
Un informe que exalta a un héroe
Confieso que durante muchos años por mis manos han pasado cientos de expedientes personales de combatientes de Ifni, pero como el del cabo Antonio Pérez Ruiz ninguno. Nunca había visto recogido en un folio tantos hechos de armas brillantes como es el caso de este cabo de policía. Una vez que leí dicho informe pude comprobar que, efectivamente, los héroes de verdad sí que existen, y que su conducta no solo engrandece a la persona, a su vez exaltan las virtudes de nuestros ejércitos, y este informe así dice: “el cabo de las Fuerzas de Policía de Ifni, Antonio Pérez Ruiz, causó alta en este grupo de policía en noviembre de 1956. Habiendo observado en este grupo una conducta intachable, con motivo de los sucesos del día 23 de noviembre de 1957, cuando dicho cabo se ofrece para todos los servicios arriesgados con gran seguridad y valor, animando y siempre atento a sus compañeros, demostrando un completo desconocimiento del miedo, es por lo que es distinguido por la Orden del Grupo del 18 de enero de 1958. En Orden General nº 5 de la Comandancia Militar de la Plaza de Ifni se le concede al cabo Antonio Pérez Ruiz la Cruz al Mérito Militar con distintivo Rojo por su comportamiento distinguido frente al enemigo en el asedio al Puesto de Tiliuín. Y para que conste y surta a los efectos, expido el presente certificado a 30 de junio de 1958”, Ángel Hoyos Belesar, teniente-jefe del Grupo de Policía de Ifni, Vº Bº el comandante-jefe, Francisco Mena Díaz. Poco se puede añadir a este certificado sobre la conducta heroica del cabo Antonio Pérez Ruiz, un héroe con mayúsculas que dio ejemplo de las más grandes virtudes militares, desgraciadamente casi siempre relegados en el olvido y la indiferencia.
En la carta anteriormente expuesta del teniente Juan Pradillo Lozano también se puede leer que: “no dejo de recordarlos en aquellos días de verdadera prueba. A Gerardo, Serra, Andrés, Antonio Pérez Ruiz… Repito, soldados españoles”.
A Antonio Pérez Ruiz, a pesar de la grandeza de sus brillantes acciones, su humildad le lleva a no vanagloriarse de los brillantes hechos de armas que protagonizó, pero como dice Richard Steele: “solamente es grande quien no da importancia al aplauso de la multitud y hace caso omiso a su favor”.
Resulta triste que conductas como la de este cabo de policía queden en el más vergonzante de los olvidos. Yo creo que 184 muertos, 500 heridos y 54 desaparecidos en aquella campaña deben de ser recordados. Y si no que se den una vuelta por ejércitos de naciones como Estados Unidos, Alemania o Francia, por citar algunos.