Herido de tres disparos mientras hacía deporte en García Aldave

La cadena de actos violentos con disparos de por medio aumenta. Ayer, a las cuatro de la tarde, Driss A.A., de 37 años y uno de los hermanos del asesinado ‘Tafa Sodia’, era abatido a disparos en la carretera hacia García Aldave, a la altura de Cabrerizas Altas,

coronando una semana especialmente delicada para la Policía Nacional, que mantiene varias investigaciones abiertas para esclarecer todos los episodios, sin conexión entre ellos.
Los autores de la agresión a esta nueva víctima, que permanece ingresada en la UCI del Hospital tras recibir tres disparos en el tórax, muñeca y codo –según el parte de Ingesa facilitado anoche–, sabían de sus movimientos, ya que, tal y como indicaron fuentes policiales, el herido siempre hacía deporte en la misma franja horario y frecuentando los mismos lugares.
Pues bien, fue en plena carretera cuando los dos ocupantes de una motocicleta que maquinaban esta emboscada descargaron sus pistolas. De esa cadena de disparos, tres impactaron en Driss A.A. Mientras los pistoleros escapaban del lugar en dirección al Príncipe, el herido recorría, sangrando abundantemente, el asfalto para terminar su carrera a las puertas de las viviendas ubicadas en Cabrerizas Altas que dan a la carretera. Fueron estos vecinos los que llamaron a los servicios de emergencia, atendiendo inicialmente al joven, hasta la llegada del 061 que se encargó de su rápido traslado al Hospital Universitario.
Los vecinos de la zona se mostraban afectados por lo ocurrido, toda vez que al lado de sus viviendas se había producido un acto de este calado con uso de armas de por medio. Toda la carretera quedaba serpenteada de casquillos y de sangre, reflejo del episodio violento acontecido.
Agentes de todas las fuerzas de seguridad se desplegaron por la zona para intentar dar con los dos ocupantes de la motocicleta, toda vez que habían ‘sonado’ algunos nombres de presuntos participantes en este hecho. No obstante, al cierre de esta edición, no se había producido arresto alguno y se había comprobado que algunos cuyos nombres habían sido señalados tenían coartada al estar ubicados a la misma hora en otros puntos bien alejados de la periferia.
La Policía Científica tomó pruebas en el lugar de los hechos, marcando los puntos en donde habían sido encontrados los casquillos. Otros compañeros de unidades de Seguridad Ciudadana del CNP, agentes de la Benemérita y de la Local peinaban la zona para buscar algún rastro o prueba que ayudara a esclarecer lo sucedido. Incluso se desplazó un can de la Unidad Cinológica de la Policía para rastrear el monte cercano ante la posibilidad de que hubiera prendas en la zona que hubieran sido arrojadas por los autores de los disparos ya que se barajó, como una de las hipótesis, que los implicados hubieran intentado escapar primero por caminos distintos para luego huir en una misma dirección, hacia la barriada del Príncipe.
En torno a las seis de la tarde terminó el grueso de la inspección ocular y control en el lugar que había sido escenario de la agresión, permitiéndose el tráfico normal de vehículos después de estar parcialmente la carretera cortada para evitar la posible contaminación de pruebas. Pero en otro escenario había mayor tensión: en las puertas del Hospital.
Allí se concentraron familiares y amigos del herido, produciéndose una acumulación de tensiones tal que motivó que el clínico quedara prácticamente blindado por las fuerzas de seguridad desplazándose incluso una unidad de la UIP. Allí hubo insultos e intentos de agresión por lo que se requirió de la presencia de policías.
Y mientras las demás fuerzas de seguridad vigilaban puntos estratégicos con la idea de intentar localizar a los autores que cumplían con las características dadas por el propio herido y, al parecer otras dos personas más que le acompañaban en la caminata.
Se baraja la posibilidad de que Driss A.A. habría sido atacado solo por pertenecer a la familia de ‘Tafa Sodia’, en una especie de vendetta jurada contra los componentes de dicha familia.
El hecho de que este nuevo acto delictivo se suceda en una semana plagada de disparos no ha hecho sino reabrir, de nuevo, el debate en torno a la inseguridad y a la presencia de armas de fuego descontroladas que, por su uso, llevan a situaciones de este tipo. Con el herido ingresado en la UCI en estado grave, la Policía espera tomarle manifestación para verificar y matizar los datos aportados inicialmente

Una semana marcada por los tiros

Esta semana marca un ecuador de diciembre señalado por los disparos. El martes, Abdelilah Ch., conocido como ‘Stilike’, era evacuado al Puerta del Mar de Cádiz después de recibir dos disparos, el más grave en la espalda, que habría afectado sus vértebras. ‘Stilike’ sigue ingresado en el clínico peninsular mientras la Policía intenta localizar al señalado como presunto autor de los disparos, después de haber practicado varios registros en viviendas de familiares directos o indirectos del prófugo sin éxito. En el caso de marras todo apunta a que los disparos se produjeron por los enfrentamientos que, desde hacía meses, mantenía el herido con quien está señalado como presunto autor. Unas diferencias ya conocidas por la Policía en torno a la posesión de un almacén-garaje del Príncipe Felipe usado para guardar mercancías.
La Policía espera que más pronto que tarde se produzca la entrega o localización. Otro sendero bien distinto es el que sigue el altercado ocurrido en la noche del viernes en la hamburguesería ‘Las llantas’ de Juan Carlos I. Allí unos individuos que escaparon también en moto descargaron sus pistolas contra el local. Ayer, 24 horas después del suceso, se supo qué es lo que perseguían. O al menos se sospecha que lo que querían los dos pistoleros era atentar contra la vida de un hombre que en esos momentos se encontraba en el interior del local y al que siguen para saldar una deuda con un hecho ocurrido en la península.
Si no consiguieron atentar contra la vida de ese ‘objetivo’ fue porque a uno de los pistoleros se le encasquilló el arma cuando ya lo tenía situado para dispararle por la espalda. Esto hizo que el ‘objetivo’ pudiera reaccionar. La Policía maneja esta tesis en la investigación abierta al respecto.
Investigación que se va sumando a otras que están abiertas sobre la mesa de la UDYCO y que tienen en común el empleo de armas de fuego. Y mientras la sociedad ceutí asiste con miedo a lo que está sucediendo, sobre todo por el empleo de las armas de forma indiscriminada por individuos que carecen de miramiento alguno a la hora de efectuar los ataques perdiéndose en una  alocada carrera por disparar sin mirar hacia dónde lo hacen. Se teme que haya heridos en unas calles que demandan mayor tranquilidad.