“Hay que trabajar mucho para poder reflotar el baloncesto ceutí”

El dirigente del ICD ha considerado que la labor con los más pequeños y la creación de más clubes son dos aspectos fundamentales para que el deporte de la canasta vuelva a latir con fuerza.

Comparte su actividad profesional con su gran pasión: el baloncesto. Su trabajo en el Instituto Ceutí de Deportes (ICD) le permite estar en contacto directo con un deporte que adora desde que se iba a ver los entrenamientos con su padre cuando era un adolescente.
El paso de los años le hizo ver que como jugador no iba a dar la talla, por lo que se estrenó como entrenador a los diecisiete años y ha llegado a liderar proyectos locales en categorías nacionales de Tercera División, Primera Nacional y Segunda División, esta última en el escalón femenino.
Nacido en Casablanca (1953), el mayor de una familia de cuatro hermanos, está vinculado a nuestra ciudad desde el año 1980 cuando regresó a la tierra que vio nacer a su madre. Previamente, había estado quince años en Tarragona y volvió a cruzar el Estrecho para ocupar un puesto en el extinto Instituto Municipal de Deportes en el año 1984.
Gerente de este organismo durante seis años (1993-1999) y actual Jefe de Servicios, Jorge Molinary ve “con pena” la actual situación del baloncesto ceutí, aunque confía que vuelva a ocupar un lugar privilegiado con el paso de los años.
–Empezando por el final ¿Qué haces actualmente en el ICD?
–Soy Jefe de Servicios, concretamente del área de Tecnificación, teniendo la responsabilidad de las escuelas deportivas. Actualmente estamos involucrados en la puesta en marcha del nuevo pabellón Guillermo Molina así como también nos encargamos de la organización de grandes eventos o citas importantes como el “Memorial Nacho Domínguez” o la “Gala del Deporte”.
–¿Qué momento atraviesa este organismo?
–Un poco duro porque se preven cambios en el sentido de que parece que se va a diluir el ICD en el organigrama de la Ciudad, lo cual duele un poco porque llevamos trabajando desde 1984 y es algo tenemos dentro. No obstante, es lo mismo porque en vez de llamarse ICD se llamará de otra manera pero el objetivo seguirá igual, es decir, cambiará la organización pero no el fin que son las actividades deportivas.
–¿Cómo accedes al ICD?
–A través de una oposición ya que el organismo se creó en diciembre de 1983 por Rodríguez Portillo y en el 1984 hubo unas plazas de técnico deportivo y yo entré por la especialidad de baloncesto.
–¿Fue tu puesto de gerente el cargo más importante que has desempeñado?
–Sí, estuve desde 1993 a 1999 y me fuí satisfecho de esta labor ya que conseguimos modernizar la institución y se hicieron muchas de las cosas que se han culminado ahora. Tuve la suerte de contar con un grupo muy bueno de compañeros que nos apoyaron en todas las iniciativas y hicimos un buen bloque, siendo la época en la que se finalizó el pabellón Díaz-Flor.
–¿Por qué te cesan del cargo?
–Era un puesto político y en esos cargos siempre debes tener la maleta preparada ya que no se mira si lo haces bien o mal porque los relevos son políticos aunque yo no militaba en ningún partido.
–Y entrando en tu terreno ¿Por qué el baloncesto?
–Por mi padre porque era entrenador y y o me iba con él para ver los entrenamientos. A partir de ahí me aficioné pero no era un buen jugador, por lo que me decidí por el banquillo.
–¿Te acuerdas del día de tu debut oficial?
–Fue en un partido de mini-basket en Tarragona con el colegio PAX y compatibilicé las labores de alumno con las de entrenador.
–¿Recuerdas bien tus inicios?
–Me inicié en el Club Natación Tarraco que era un club de natación que creó una sección de baloncesto. Sin embargo, hubo problemas económicos en la entidad y optaron por dejar el baloncesto, por lo que me fuí al Gimnástico Tarragona que era un club grande.
–¿Y en Ceuta?
–Cuando vine a esta ciudad estuve en el UA Ceutí en Tercera, donde formamos un buen grupo con buenos jugadores locales y con soldados de reemplazo. Después empecé desde cero en el Club Juvenil Villajovita (ahora Valle Inclán) donde llegamos a tener un equipo en Tercera División masculina y otro en Segunda División femenina. Posteriormente, lo dejé porque me fuí a trabajar al ICD.
–¿Te causa pena la situación actual del baloncesto?
–Sí, hay que trabajar mucho para reflotarlo, aunque confío en que en un par de años pueda cambiar la situación. No obstante, el nivel técnico es bajo porque hay muchos entrenadores pero de grupos de iniciación, es decir, existe voluntad pero faltan muchos conocimientos.
–¿Tan bajo es el nivel?
–El problema es que hay muchos grupos de iniciación de seis a ocho años pero pocos equipos de categorías superiores. El objetivo es contar con diez clubes por categoría y por ello vamos a trasladar el baloncesto a los institutos porque ahí está el futuro de este deporte.
–¿Es un hándicap la falta de clubes?
–Sí, porque se ha creado el Club Baloncesto Juventud y el resto son colegios como La Inmaculada, el San Daniel o el Ortega y Gasset, es decir, la mayoría son centros escolares que funcionan bajo el amparo de un club elemental. Hay una buena masa de deportistas aunque existe un déficit en el femenino, sobre todo a partir de mini-basket.
–¿Qué medidas se pueden poner en marcha a corto plazo para revitalizar esta modalidad?
–Estamos apostando por la formación, hace unas semanas contamos con un técnico como Juan Luis Esteban y la idea es traer a uno cada dos o tres meses para aprender. En el campus que comienza el 28 de junio estará presente el segundo entrenador del CB Granada de la ACB, Miguel Ángel Hoyo, para dar clases por las tardes ya que ese debe ser el camino.
–¿Y a nivel de árbitros?
–Sucede igual que con los técnicos, es decir, es lógico que el nivel sea bajo pero queremos incidir en ellos a partir de septiembre.
–¿Cuál debe ser la receta?
–Trabajo, trabajo y trabajo ya que el baloncesto es el segundo deporte local después del fútbol en número de licencias pero la gran mayoría de las 800 que existen son de diez años para abajo.
–¿Tienes pretensiones en tu trabajo o ya estás cansado?
–He pasado por muchos puestos y estoy contento porque me gusta lo que hago ya que mi trabajo es lo mismo que mi hobbie. Sólo espero que los cambios que se produzcan sean para mejor.

“El pabellón Guillermo Molina aportará un plus más de calidad al buen nivel de instalaciones que existe”

PISTAS. Jorge Molinary resalta el buen nivel de infraestructuras deportivas que existe en la ciudad, sobre todo con la apertura del complejo Díaz-Flor y la próxima inauguración del pabellón “Guillermo Molina”, prevista en un principio para el mes de septiembre, según sus estimaciones.
A este respecto, ha considerado que este nuevo pabellón “contribuirá a acercar el deporte al centro porque las grandes instalaciones están situadas actualmente en el extrarradio. Además, permitirá aportar un plus de calidad con dos piscinas que permitirán reducir las listas de espera que tenemos en la sección de natación así como los clubes también tendrán una pista de madera con aire acondicionado, es decir, será un auténtico lujo”.
Sobre la inauguración ha precisado que “se prevé para el mes de septiembre y supongo que se hará algo especial aunque todo dependerá del presupuesto, por lo que personalmente me conformo con su apertura”.
No obstante, se ha referido a los pabellones locales para apuntar que “estamos bien cubiertos, aunque el remate podría ser la pista de atletismo. Siempre se puede tener más pero en deportes de sala tenemos muchos polideportivos y dos complejos con piscina, gimnasio y buenos vestuarios, por lo que no nos podemos quejar”.
Por esta circunstancia, Molinary ha estimado que Ceuta está bien preparada para acometer la celebración de importantes eventos, aunque el número de plazas hoteleras supone un serio hándicap. “Sí estamos bien de pistas pero no para albergar eventos de primer nivel ya que no tenemos sitio para que pernocten los deportistas”, añade.