Hace un mes la encontraron en el puerto y hoy, gracias a los cuidados de la Protectora y de su nueva dueña, vive una segunda oportunidad
Hace un mes fue recogida por la Protectora de Animales y Plantas en un estado deplorable. Una dermatitis brutal cubría todo su cuerpo, minada de pulgas y heridas que le habían hecho perder el pelo. Era el claro ejemplo del desprecio del ser humano por un animal noble que sólo sabe entregar cariño y fidelidad. Así llegó Harley a manos de esta asociación sin ánimo de lucro.
Esta perra, una dogo argentina de cuatro años de edad, fue recogida en el puerto en agosto. Deambulaba desorientada y asustada, tras ser abandonada por el desaprensivo que la había llevado a ese estado de salud.
Los cuidados de la Protectora han dado su fruto y hoy, con una mejoría notable de su enfermedad, ha encontrado en Teresa a la persona que le ha dado la oportunidad de conocer un auténtico hogar. “Llevo un tiempo siguiendo a la Protectora y cuando la vi me enamoró porque es muy buena y cariñosa y al verla en ese estado en el que se encontraba fue un amor a primera vista”, apunta Teresa Matres.
Harley aún necesita su tratamiento para la piel, del que sigue encargándose la Protectora, aunque en tan sólo un mes ha mejorado considerablemente y ya ha comenzado a crecerle el pelo.
El cariño que le ha dado su nueva familia también ha sido fundamental en la recuperación del animal. Se ha adaptado perfectamente al que ya considera su hogar y a su nueva compañera de juegos, Lola, la otra perrita que ya tenía Teresa. “Está muy bien, encantada, lo que pasa es que quiere jugar con la otra que es más pequeña y tiene mucha más fuerza... pero poco a poco”, sonríe.
Mientras se recupera de sus heridas, Harley da su paseo matutino y luego vuelve a casa para echarse una siesta. Su nuevo paseo lo realiza por la tarde, algo que parece sencillo pero para Harley se ha convertido en algo complicado. “Nos tenemos que parar varias veces, porque mucha gente la conoce y todo el mundo se para a acariciarla e interesarse por su estado”.
Y es que el caso de Harley despertó el sentimiento de los animalistas que levantaron sus voces para pedir justicia por un animal cuya única culpa fue caer en las manos equivocadas.