Hamido Mohamed lleva más de cuatro años como delegado de
la Comisión Islámica de España. Es una voz autorizada para abordar asuntos de máximo interés en esta entrevista con El Faro de Ceuta.
–Segundo Ramadán en pandemia, pero más polémico que el del año pasado, cuando todos estábamos confinados en casa. –Esa es una gran diferencia. En 2020 el coronavirus también era un gran desconocido para todo el mundo. Cuando se decretó el estado de alarma nos tocó a todos asumirlo y llevarlo hasta el final. Seguramente en el ánimo de la gente fue menos gravoso que la situación de ahora porque de entonces era igual en toda España.
–No había, por lo tanto, posibilidad de disputa, como sí se ha dado ahora. –Nosotros siempre tenemos que confiar en la palabra de la gente. Cuando un experto o un político dice algo, por ley y por jurisprudencia islámica, debemos creerlos hasta que se demuestre lo contrario, nos guste o no. En este caso además está en juego la vida de mucha gente.
–¿Entonces qué es lo que ha pasado? –Yo creo que en la toma de decisiones debe haber consenso, porque lo contrario genera controversia. La Ciudad ha querido suavizar la adopción de medidas, pero lo ha hecho a veces sin sincronizar los tiempos. Nosotros en muchas reuniones antes de Ramadán planteamos que el horario del toque de queda nocturno no comenzase hasta las 00:00 horas para permitir a la gente acudir a las mezquitas al rezo nocturno, pero al final ante la evolución de los positivos se inclinó por adelantarlo a las 22:00.
–Ustedes dijeron entonces que lo “entendían”. –Lo tuvimos que asumir, más bien, aunque aceptarlo ha costado. Planteamos al Gobierno que no hay prueba científica que certifique que una hora más o menos de toque de queda dé pie a más contagios, pero siguiendo las directrices de los especialistas entendieron que había que hacer lo que decía el Comité de Expertos, que era ampliar la limitación de movilidad una hora. Espero que, con la tendencia de la situación epidemiológica, ese horario pueda cambiar y permitirnos celebrar en congregación lo que queda de Ramadán a partir del domingo, pero eso está más en manos de los técnicos que de los políticos. Tendremos que aceptar lo que estipulen, pero vamos a seguir insistiendo desde la convicción y la percepción que tengo de que la Ciudad es muy sensible a este tema.
–¿Las reuniones de fieles en las mezquitas no pueden ser un factor real de riesgo? –La Delegación de la Comisión Islámica de España en Ceuta aglutina a 33 mezquitas y unas 60 entidades musulmanes locales para colaborar en pro de la convivencia entre las distintas culturas que hay en la ciudad para que nadie se sienta excluido y podamos ver en el otro simpatía, cercanía y cariño. Hemos hecho todo lo posible para adoptar las mayores precauciones frente a la COVID-19: mascarillas, geles, distancia de seguridad, limitación de aforos... También que no se magnifique cualquier decisión política, pero eso es muy difícil porque las redes sociales hacen estragos a todos los niveles.
–¿Qué le han parecido las caravanas de la última semana? – La ciudadanía es libre. Uno puede persuadir a algunas personas, intentar hacer que razonen, pero nosotros no coaccionamos a nadie. Estamos en un país con libertad de expresión, una bandera bajo la que todo el mundo se cobija y dice lo que cree, a veces hasta lo que no debe. "Tendremos que aceptar lo que se estipule, pero insistiremos sabiendo que hay sensibilidad”
–¿Se ha politizado demasiado? –Seguramente sí.
–Ha sido, sobre todo, una movilización de jóvenes... –Cuando los jóvenes deciden algo es difícil de frenar, por mucho que se pida cordura y sentido común. Se alega que el proceder de la Ciudad no ha sido igual en Navidad o en Semana Santa con las restricciones que en Ramadán y es cierto, pero yo estoy convencido de que no ha sido adrede, no para perjudicar a una comunidad, y de que las decisiones de endurecer las limitaciones se han adoptado cuando tocaba por razones sanitarias.
–¿La celebración del rezo de Tarawih en la mezquita en comunidad es un precepto islámico? –No, no lo es. Es una costumbre muy arraigada en Ceuta y en el resto del mundo, pero existe infinidad de edictos que corroboran que no es un precepto islámico, que de hecho religiosamente lo recomendado es hacerlo en casa.
–El final de Ramadán quedará, presumiblemente, fuera del estado de alarma. ¿Prepararán rezo colectivo? –Vamos a solicitar todas las autorizaciones y consultar con la Ciudad de qué forma se podría realizar si es que es factible. Queremos tenerlo todo preparado para, si se puede, celebrar la Musal-la.
–¿Está definido de qué forma se festejará este año la Pascua del Sacrificio? –Estamos tratando con el Gobierno las distintas posibilidades. A lo que aspiramos es a que Aid El Adha se vea como una celebración cultural, como la tauromaquia o como la matanza en Galicia y otras regiones. Queremos que quien reúna las condiciones pueda hacer el sacrificio en casa y quien no tenga la posibilidad de acudir a un espacio a modo de matadero que cumpla la normativa nacional y europea.