Todas las muertes en una familia, como es lógico, dejan destrozados a sus seres queridos. Un dolor “indescriptible”, aún más cuando esa persona era el pilar de la familia, el que unía a todos y el que sabía ser el hombro sobre el que apoyarse cuando era necesario. Mohamed Hamadi Mohamed, Hamadi’ como era conocido por todos,
fallecía este miércoles en el Hospital Universitario a causa del coronavirus, a sus 60 años de edad, sin haber cumplido los 61 que hubiera hecho en el mes de octubre. Hamadi nació en
la barriada del Príncipe, concretamente en la calle Este. Allí, creció y pasó su infancia junto a sus tres hermanos. Pero desde pequeño la vida de Hamadi no fue precisamente fácil. El fallecimiento repentino de su padre hizo que su madre llevara el timón de la familia y que Hamadi pronto empezara a arrimar el hombro, hacer de cabeza de familia y trabajar para tener un sustento económico. Sin embargo, su curiosidad por saber más no le hizo separarse de los libros. Fue de los primeros en cursar estudios universitarios al matricularse y estudiar Magisterio. Siendo muy joven, empezó a llevar recados de la plaza para sacarse algo de dinero. Siempre, y así lo describe la familia, se buscó la vida y nunca necesitó nada de nadie. Un hombre que se desvivía por sus seres queridos y que por eso era tan admirado y respetado por todos ellos. Aunque nació en la barriada del Príncipe, hará unos 30 años que se mudó al
barrio de Benítez. Allí no había quien no lo conociera y lo recuerdan como un hombre amable y que siempre tenía “una palabra buena para todos”. Pero no solo era querido por sus vecinos, para él lo más importante siempre era su familia. Formó la suya propia cuando se casó con Salima y tuvo a sus 3 hijos. No había otra cosa en su vida que el amor por los suyos. “Lo queríamos con el alma. Estamos seguros que no habrá otra persona tan buena como él. Siempre estuvo para ayudar a todos. Era el pilar de la familia”, explican a El Faro familiares de Hamadi.
El virus apareció en su vida hace apenas unas semanas cuando tuvo que ir al
hospital. Desgraciadamente dio positivo, aunque en un principio lo mandaron a casa porque no era de gravedad. Sin embargo, aquella misma noche su estado de salud empeoró notablemente, por lo que una ambulancia lo condujo, de nuevo, hasta el clínico de Loma Colmenar. Allí estuvo durante tres días en Observación, pero “viendo que no mejoraba” lo decidieron trasladar a la UCI, donde fallecía. La noticia ha sido un jarro de agua fría para sus familiares, que tenían todas las esperanzas puestas en que “evolucionaba favorablemente”.