La alarma se ha disparado este lunes por la mañana en Tánger. Varios efectivos de la Policía se han desplazado hasta la zona en la que los vecinos han alertado de la presencia de varios restos humanos arrojados en plena vía pública.
Un suceso que ha generado cierto pánico y expectación entre los vecinos y que ha provocado una movilización significativa de miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad locales y nacionales para esclarecer lo ocurrido.
Según informan los medios marroquíes, un coche fúnebre se dirigía desde el Hospital Universitario de Tánger hacia el depósito de cadáveres del Hospital Regional Mohammed V. Sin embargo, mientras realizaba su ruta, parece que un fallo en la puerta trasera del vehículo ha sido el causante de que los restos humano acabaran en la calle.
Tras las primeras investigaciones realizadas por los agentes de seguridad, se ha determinado que los restos humanos procedían de un paciente al que se le había realizado una operación quirúrgica realizada en el Hospital Universitario de Tánger, donde fueron extraídos los órganos siguiendo los procedimientos médicos habituales.
Posteriormente, debían ser transportados de manera legal al depósito de cadáveres. Sin embargo, no fue así, lo que ha generado un amplio debate entre los ciudadanos y que la policía continúe con sus indagaciones.
A pesar de que las autoridades han asegurado que no hay indicios de un acto criminal, la escena desató una ola de críticas sobre la necesidad de mejorar las medidas para el transporte este tipo de órganos tan sensibles.
Mientras se espera que se concluyan las investigaciones y se esclarezca el caso, la alarma social entre los vecinos de Tánger sigue. De esta manera, el incidente ha abierto un debate sobre la responsabilidad en la gestión de este tipo de tareas dentro de los servicios públicos sanitarios.