Avisaron para comunicar que había sido encontrada una tortuga en la
playa de la Ribera, en Ceuta. No era así, se trataba de un ejemplar de
galápago leproso, una especie protegida. Esta es la historia de un nuevo episodio de recuperación de un ser vivo que comenzó en la tarde de este miércoles tras un aviso girado por el 112 al
CECAM. Una persona había informado al teléfono único de emergencias de la presencia de una tortuga que, “al ir a cogerla, había introducido las extremidades, la cola y la cabeza dentro del caparazón. Extrañados y pensando que no podía ser una tortuga marina, le pedimos que nos mandase una foto y vimos que no lo era”, explica Manuel Toledo Roldán, voluntario de CECAM y presidente de
DAUBMA. Un voluntario acudió a la playa para comprobar que se estaba ante un galápago leproso. Debido al lugar donde ha sido encontrado y que no hay ningún arroyo de agua cercano, todo hace suponer que ha sido abandonado por alguna persona que lo tendría como mascota sin tener ningún conocimiento del hábitat del reptil. “Toda persona que tenga algún animal silvestre debe informarse bien de sus cuidados y alimentación, así como las características de su hábitat en libertad”, explica Roldán. El galápago leproso (Mauremys leprosa) es una especie de galápago semiacuático, es la tortuga acuática autóctona de Ceuta. Está en estado vulnerable, cómo la tortuga mora (Testudo Graeca).
Advertencia a quienes los tienen como mascotas
Vive en masas de agua dulce como ríos o pantanos, pero puede también encontrarse esta especie en Portugal, el sur de Francia, la Península Ibérica, Melilla, Ceuta, Marruecos, Argelia y Túnez. Su conservación se enfrenta a los problemas de la degradación de su hábitat, de su captura como mascota y de la competencia de especies introducidas. Es importante que las personas que tengan animales de este tipo, como tortugas de tierra, de agua, camaleones, erizos morunos, lagartos del atlas, etcétera contacten con alguna asociación “antes de soltarlos en cualquier sitio, poniendo su integridad y su vida en peligro, pues ya su rehabilitación e introducción en su hábitat no es posible”. En un caso previo de otro ejemplar similar, como lo soltaron en el mar no sobrevivió. Este permanecerá en observación unos días para ver su evolución.