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“Habría que proteger al Periodismo de la intervención de los partidos políticos”

De rostro y voz conocidos por el público televisivo, Cintora es además un periodista comprometido con la profesión, como demuestra en su primer libro, sobre el que hablará a las 18:30 en el Campus

La voz que responde al otro lado del hilo telefónico es familiar. Es una voz suave, singular, de radio. Es la voz de Jesús Cintora, periodista y escritor. Nació en Ágreda, un pequeño pueblo de Soria. Reclamado por la UNED, acude al V Curso de Otoño ‘Periodismo y Educación’ para intervenir, desde las 18:30 horas en el Salón de Grados del Campus Universitario, con una ponencia que, titulada ‘Las empresas periodísticas’, desnudará los temas que componen su primer libro.
Antes de que pise por vez primera tierra caballa, atiende al decano en una entrevista en la que defiende una profesión, la de periodista, sumergida en una crisis de tales dimensiones que acaso no haya ya salida digna posible.
–Las empresas periodísticas a debate, Jesús.
–Así es. Se trata de una conferencia basada en el libro que he publicado, titulado ‘La hora de la verdad’, que es una radiografía de la situación que tenemos ahora misma en España contada por personajes que van desde Iñaki Gabilondo a Pedro J. Ramírez pasando por Miguel Ángel Revilla. Luego, además, es la primera vez que se entrevista en un libro a jóvenes políticos. Es, en definitiva, una radiografía de un país con problemas para contar la realidad de un enorme paro, dentro del que hay un cincuenta por ciento de paro juvenil, o la de los constantes casos de corrupción.
–¿Las empresas periodísticas son cómplices de estas miserias de la democracia?
–El poder político se está aprovechando para condicionar a las empresas periodísticas. La crisis económica ha provocado que estas empresas tengan problemas incluso, a veces, para mantenerse a flote y los poderes fácticos se han aprovechado para condicionar o tomar el control de las empresas afectadas, lo que hace que la línea editorial en ellas se vea claramente resentidas. Hay líneas editoriales de medios que están muy condicionadas por poderes financieros y políticos.
–¿Qué medidas protectoras se podrían adoptar para garantizar la libertad de prensa y la profesión?
–De entrada, se debería proteger la mayor pluralidad posible en los medios de comunicación. Luego, habría que proteger también a la profesión periodística de los partidos políticos, porque éstos condicionan, entre otras cosas, las personas que participan y además toman decisiones en las televisiones públicas, y proteger las concesiones de las televisiones privadas con subastas de canales de televisión o de radio, que se hacen desde el poder político. A fin de cuentas, se provoca la precariedad de la profesión, que hacen que los periodistas tengan que trabajar en condiciones económicas deplorables.
–Inmerso, sin desearlo, en este panorama tan deplorable, ¿qué papel puede jugar el propio periodista para salir a flote y defender, en la medida de sus posibilidades, el oficio?
–Me parece muy destacable el talento y la creatividad que hay en el Periodismo español. Hay personas que trabajan con una vocación por el Periodismo que es increíble, que trabajan incluso en condiciones de pérdidas económicas por dedicarse a lo que les gusta. Por otra parte, es cierto que, a veces, el profesional entra en una deriva de venderse, de ser servil al pesebre, de ser trepa, de ser condescendiente con la intromisión que hay en la libertad de prensa.
–¿Y el consumidor?
–La población debiera de ser más exigente con lo que se le ofrece. Ha costado mucho conquistar en España una serie de derechos y libertades, y algunos de ellos, como el de la libertad de prensa, se están deteriorando. A la gente se le ha recortado la libertad de prensa con leyes mordazas y se le ha limitado la pluralidad en los medios, como se ve en la televisión pública, por ejemplo pero también es cierto que esa propia gente se conforma, a veces, con la ‘telebasura’ y asume como irremediable el hecho de que se ofrezcan productos informativos que no están a la altura. Un libro como el mío persigue que la crítica no sea gratuita sino que sirva para, de alguna manera, denunciar los problemas para mejorar la situación.
–La escasa pluralidad de la televisión pública española, como ha estimado usted, ¿se debe de manera exclusiva a los gobiernos populares o, por el contrario, es un mal que ocurre igualmente cuando el socialismo está en el poder?
–El intervencionismo en las televisiones ha ocurrido, evidentemente, no sólo con el Partido Popular. Hay, por ejemplo, ahora mismo televisiones autonómicas que controlan otros partidos y en los que también se ve la mano del partido de turno. Es verdad que si se habla de la televisión pública de todos, la española, hemos ido hacia atrás, como el cangrejo, pues los consensos que se establecieron se han roto, eso es verdad. Hay que darse cuenta de esto, aunque no esté diciendo que en la etapa anterior todo fuera perfecto, pero se notaba mucho menos. A fin de cuentas, deberíamos avanzar hacia una gestión de la televisión de todos otorgándole independencia y suprimiendo la ‘politiquería’ y los intereses partidistas, sobre todo porque es un servicio que pagamos todos y hay que respetar a la ciudadanía en su conjunto.
–Si llegara el caso de que el servicio público de la televisión, con el gasto que ocasiona, alcanzara cotas de manipulación extraordinarias, ¿abogaría, en último caso y como mal menor, eliminar este servicio público?
–No, nunca, eso es lo que algunos quisieran. La información y determinados contenidos debieran ser protegidos. Lo que en el libro reflejo, y lo reflejo con gente como Iñaki Gabilondo, es que se puede hacer un periodismo para la gente, que cuente lo que ocurre, que escuche los problemas de la sociedad, un periodismo de calidad. La televisión privada tiene mayor libertad para operar dentro de sus intenciones pero la pública debe ser sagrada.
–¿Las miserias de los medios de comunicación son particulares de España u ocurre igualmente en los países de nuestro entorno?
–El Periodismo en España hay que defenderlo en un momento más que delicado y no creo que en los últimos años hayamos mejorado en el sentido de libertad. Se me abren las carnes cuando veo a los periodistas que salen de la Carrera y llegan a una profesión en la cual hay un paro que es inasumible o que pasan y pasan los años y siguen trabajando como becarios o con contratos por horas. En España, en cuanto a la libertad de prensa se ha ido hacia atrás en determinados puntos y esto lo dicen incluso los medios de una línea editorial de derecha, que reconocen que en los últimos años el intervencionismo desde el poder está siendo insoportable. Es un tiempo de plasmas, un tiempo en el que se eluden entrevistas, en el que se sustituye la rueda de prensa por la intervención sin preguntas… ¿qué más se le puede coartar a un periodista si se le corta la posibilidad de hacer preguntas?
–¿Usted ha sufrido la censura?
–La censura, probablemente, la hemos sufrido todos en algunos momentos de nuestra carrera. El periodista tiene entonces que buscar los espacios de mayor libertad, pues si somos condescendientes o conformistas con la realidad, pues, evidentemente, estamos tirando la toalla. Esto no quiere decir que yo no respete que los medios tengan una línea editorial pero una cosa es eso, y otra lo que se produce en ocasiones, que es el hecho de intentar imponer una serie de criterios que, como digo, son preocupantes; hay tertulias o periódicos donde no hay exactamente libertad ni pluralidad.
–Cada vez que nace un periódico o se renueva la dirección de una cabecera, se venden las ideas de independencia, objetividad y libertad. ¿Pero existen, realmente, en el Periodismo español estos conceptos capitales para el bienestar de un país?
–Yo creo en el Periodismo que cuenta lo que ocurre y que lo hace con criterio y que, además, tiene una línea editorial que es clara pero que es honesta. Entiendo, por tanto, que hay datos que son objetivos de por sí, irrefutables, porque el dato del paro es el que es o la prima de riesgo es la que es, pero luego todo es rebatible y se pueden dar recetas variadas para mejorar en el paro. Ahora bien, lo que hay que defender es que haya la mayor pluralidad posible de medios que puedan dar esas versiones, hay que respetar la pluralidad de propuestas. Sin embargo, ahora mismo llegas de noche a casa, enciendes la televisión y en las tertulias no está precisamente reflejada la pluralidad ideológica del país, ni tampoco una representación equitativa de edades.
–Usted condujo un magazine matinal…
–…Me preocupó muchísimo que en la mesa estuvieran sentadas personas que pudieran ser del PP, del PSOE y de los demás partidos. En el primer programa de 2013 se vio ya a un tal Pablo Iglesias, a un tal Albert Rivera o a un tal Pedro Sánchez. También estaban Pablo Casado y Alberto Garzón. Sin embargo, a veces se ven tertulias que sólo apuestan por el bipartidismo y eso no es sólo la realidad.
–¿Se considera, en cierto modo, descubridor de Pablo Iglesias?
–No, en absoluto…es cierto que cuando me encargan hacer el programa, una de las primeras cosas que hago es supervisar un montón de videos por internet o de televisiones locales para llevar a alguien distinto y, entre otros, vi a Pablo Iglesias, que participaba en ‘La Tuerka’, que es una televisión local de Madrid, y le llamé. Mi programa fue el primero en el que con regularidad salió Pablo Iglesias; a partir de ahí, le llamaron de ‘La Sexta Noche’. Pero no lo inventé yo, lo inventaron su padres (risas).
–Escuchando al Pablo Iglesias de estos días y recordando aquel que acudía a su programa, ¿encuentra un discurso distinto, más moderado, tal vez?
–El discurso político que hay ahora mismo es distinto porque se acercan las elecciones y la gente adopta unos mensajes de cara al ciudadano. Con Podemos lo que ha ocurrido es que ha movido el avispero y hay gente en el bipartidismo que le ha visto las orejas al lobo. En cierto modo, con Ciudadanos ha pasado algo en la misma línea y aunque no sea un partido rupturista ha dado también un toque de atención al bipartidismo.
–¿En el Periodismo cuánto se nota el bipartidismo?
–Hay mucha influencia. El bipartidismo tiene todavía mucho poder. Tanto en el PP como en el PSOE hay gente fabulosa, y otra que no lo es tanto, y lo mismo ocurre en el resto de partidos, pero hay una cosa esencial y es que PP y PSOE han gobernado y esto supone un desgaste, de modo que hay gente que tiene esperanza en lo que puedan hacer los nuevos partidos. El tiempo dará y quitará razones.
–¿Qué le convendría a nuestro común oficio, Jesús?
–La mayor libertad posible, sueldos dignos para los profesionales, menor intervencionismo político y mayor respeto a la pluralidad.
–Última pregunta: Ante este panorama tan desolador del Periodismo, ¿si un ser querido le pidiera consejo, le echaría para atrás la idea de que fuera periodista?
–Aplicaría lo que aplicaron mis padres conmigo, que es dejar hacer siempre lo que uno quiere y siente, que es lo mismo que, precisamente, deberían dejar hacer a los periodistas, que nos dejaran trabajar en libertad.

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