"Le he dicho muchas veces que borrara lo que tenía en Facebook y dejara de ver esas tonterías"

Habla el entorno del detenido: "Le describen como “analfabeto, sin conversación de adultos y tampoco violento”.

Cuando vieron su silueta por televisión, aunque tuviese la cara pixelada, se quedaron “helados” al identificar al último detenido en Ceuta por difusión y enaltecimiento del DAESH por internet. Con la intervención aún reciente, su entorno quiso hablar del joven de 20 años que conocen y desvincularse del proselitismo del que acusan a este marroquí.
“Es un chaval analfabeto, ni siquiera entró en el colegio en Marruecos, no sé ni cómo tiene pasaporte, la verdad... Cuando hablas con él no tiene una conversación de adulto, solo habla del campo, de los animales, del fútbol... Tampoco es violento”, le describieron sus conocidos en la ciudad, quienes se sienten apenados porque carecen de un número de teléfono a través del cual contactar con su madre o su hermana, ambas en el país vecino, para avisarlas de lo ocurrido.
Según relató su círculo más próximo, bastantes vecinos de la barriada “se han encariñado con él” porque despierta compasión “al no tener de nada”. Una persona que le conoció en el Príncipe hace algo más de un año, este mismo miércoles, “le dí ropa porque venía con un pantalón roto de arriba a abajo”. Con servicios domésticos, pintando o de peón “se ganaba dos, cinco euros” y así “se buscaba la vida”.
A pesar de este retrato afable del detenido, ninguno esconde que compartía vídeos difundidos por el DAESH e incluso llegó a tener “la bandera del ISIS en el perfil”. “No es la primera ni la segunda ni la tercera vez que le he dicho que borrara lo que tenía en Facebook, que dejara de ver esas tonterías, pero el chaval... ¿No sé? Cuando cogía el móvil se quedaba una hora o más tiempo mirándolo fijamente y a saber lo que miraba...”, comentaron quienes le conocen. Unas personas que le tenían como amistad en redes sociales y, por tanto, en sus respectivos muros aparecía todo aquel contenido que compartía.
“Hace cuestión de dos días estaba sentado conmigo y, cuando cogió wifi, dio a compartir un vídeo y me puse furioso con él. Le dije: ‘¿Qué estás mirando?’. Me respondió: ‘Lo he compartido porque no tengo conexión en casa y luego lo veo’. Le dije que esas cosas no son de su edad ni tiene por qué mirarlas”, recordó una persona cercana al detenido. Algunos allegados distinguieron entre que colgase ese contenido en su muro y la radicalización. “No sé si es delito ver esas cosas, pero están colgadas en la Red por un tubo. Y si es delito, ¿por qué no lo borran?”,  se preguntó.
Quienes tienen al detenido como contacto en Facebook, ¿vieron la foto en la que se mostraba a sí mismo con un arma? “Él me dijo que era un ‘arma de boliches’?”, sin embargo, como sospechó un amigo, “eso es un arma corta, sea de fogueo o de verdad” pero, en cualquier caso, “no era suya porque él vive con lo puesto, de hecho, no tenía ni donde quedarse”. Otros defendieron su inocencia garantizando que, de ser un “peligro, no le hubiese invitado a mi casa ni me hago amigo de él”.
¿Se relacionaba con alguien sobre el que penda la duda del fanatismo o lugares donde puedan difundirse esas ideas? “Ha tenido alguna juntera que no me ha gustado, del Príncipe, pero él no tiene nada, nada que ver con esa gente. He llorado y todo al ver lo que le está ocurriendo al chaval”, comentó un amigo.