Opinión

Guía secreta de Ceuta y Melilla (V): Ruidos extraños en el Tanatorio de Ceuta

Este caso que vamos a relatar, además, cuenta con documentación oficial que hace si cabe más veraz lo relatado por las personas que fueron testigos del mismo, acallando las voces que todavía resuenan negando todo lo ocurrido, condenándolo a la imaginación por miedo y sugestión de todos sus testigos. Además, del mismo se hicieron eco medios de comunicación nacional que poco o nada tienen que ver con la divulgación de misterios relacionados con acontecimientos que rompen con lo establecido por nuestra capacidad de raciocinio (bueno, más bien podemos resumir todo esto por el miedo a que sea verdad). Vayamos pues a la calle San Amaro, en la nacional 352, dirección hacia la carretera del monte Hacho, al conocido “Tanatorio Municipal de Ceuta”.

Debemos viajar en el tiempo hasta el 14 de noviembre de 2002, cuando el en periódico “La Razón” se hacía eco de una extraña noticia. Según recogía la noticia, veinte policías se entregaron a la tarea de buscar por la playa de Ceuta el origen de unas extras voces que pudieron oírse días antes en el Tanatorio Municipal de Ceuta, cercano a dicha playa.

Los acontecimientos investigados ocurrieron tres días antes, la noche del 11 de noviembre. Dos funcionarias, Encarni y Gema, tenían turno de vigilancia a esas horas, un turno más como otro cualquiera, en un lugar que, de no tener la típica (y desgraciada) actividad, se mostraba tranquilo. Pero esa noche, se rompió la normalidad. Las trabajadoras comenzaron a oír unos sonidos extraños que, en principio, identificaron como una especie de llantos o quejidos, que se transformaron en un murmullo muy similar al que se produce cuando se realiza el velatorio a un finado. En un principio, bastante extrañadas, pensaron que se estaba llevando a cabo un funeral en el lugar… imposible –reaccionaron al momento- hoy no hay nada previsto. Comenzó entonces a invadirles una sensación de temor. Aun así, fieles a su labor, y armándose del valor necesario, realizaron una ronda por todas las estancias del edificio, en busca del origen de aquellos sonidos. Estos, por momentos, se hacían más y más fuertes. Conforme avanzaban, conjeturaban con la identificación de los gritos, llegando a la conclusión de que lo más parecido eran los que pueden provenir de una mujer joven.

La razón que se enfrentaba al miedo, les hizo pensar que posiblemente, esas voces correspondían a una chica que estaba en la puerta, y que posiblemente necesitaba ayuda, o bromeaba. Pero al abrir la puerta, ni había nadie, ni se escuchaba nada, todo ocurría dentro del Tanatorio.

Algo más extraño sucedía, y se dieron cuenta luego de recorrer todas las estancias. Los sonidos parecían que, cuando estaban en la planta superior, provenían de abajo, y viceversa. Los nervios y el miedo se apoderaban cada vez más de las mujeres. En ese instante, como si todo estuviera perfectamente orquestado para provocar una noche del más desgarrador de los temores, surgió un sonido como de golpes de nudillos llamando a una puerta… pero proviniendo de una pared. El pánico se apoderó de ellas, que se alejaron lo más que su deber les permitía de aquellos hechos, inexplicables ya a esa altura de la noche.

Dudaban en llamar a la policía, porque dudaban hasta de ellas mismas, presas del miedo. Además, aquellos sonidos les dieron una tregua, y eso les hizo que se tranquilizaran, además de cambiarles la idea de avisar a las autoridades. Pero la calma duraría poco. Al tiempo, los gritos y los murmullos comenzaron de nuevo a oírse, esta vez con más intensidad. Ya no podían aguantar más y llamaron a la policía local para ponerles al tanto de los hechos.

Hasta ocho agentes se personaron en el lugar para proceder al registro y detención de los causantes de tal alboroto en un edificio oficial. Los sonidos, intensos, hicieron que dos de ellos se quedaran en la puerta, negándose a entrar y realizar el trabajo, posiblemente por la sensación de miedo a lo desconocido que les invadía. Por tanto, seis de los policías comenzaron una minuciosa investigación del lugar y de las estancias. El mismo y macabro juego al que esas voces sometieron a las dos funcionarias, sirvió para poner al borde de los nervios a todos los agentes. Ahora el sonido arriba, ahora abajo, como si emprendieran una huida constante para no ser descubiertos.

En un momento de la inspección, los agentes pensaron en tirar una de las puertas al pensar que alguien había dentro de la estancia que la cerraba, ya que el fenómeno auditivo era tan intenso allí dentro que hacía suponer este extremo.

Al grupo de búsqueda se unió desde el exterior un guarda de seguridad de una empresa petrolífera cercana (D.U.C.A.R), que también estuvo escuchando dichos sonidos durante toda esa noche. Por tanto, este caso tuvo nada más y nada menos que once testigos de peso, por el trabajo importante que cada uno de ellos realizaba.

Fueron varias horas de interminable y terrorífica búsqueda, sin fruto alguno. Cansados y desmoralizados, a la par qué sorprendidos y atemorizados, los agentes emprendieron el camino de vuelta a la comisaría, donde recogerían todo lo ocurrido en un informe policial, que pondrían a disposición de sus superiores.

Este caso también puede tener una base histórica que poder explicar los fenómenos registrados esa noche. El enclave donde ahora se ubica desde hace pocos años este tanatorio, fue en tiempos antiguos un colegio, convertido en sanatorio después de la republica, posiblemente durante y después de la guerra civil. Con esta información, aquel lector que esté introducido dentro del mundo de la investigación paranormal, podrá recordar hechos extraños ocurridos en otros tantos sanatorios o preventorios habilitados o construidos durante esa dura época de nuestro país, por ejemplo, los fenómenos paranormales del preventorio de Sierra Espuña en Murcia y aquella desgarradora psicofonía, audible sin ni siquiera someter a limpieza alguna, que lastimeramente gritaba (y perdón por la expresión) “hijo de puta”. Amén de otros fenómenos de poltergeist, dentro de los que se incluyen clarísimos sonidos de agua o de portazos, en lugares donde hace tiempo no hay agua corriente… ni puertas.

Podemos pensar, por tanto, que la emanación energética de un acontecimiento traumático, como puede ser la muerte de una persona o varias en lo que antes era el sanatorio de forma cruenta, unido al efluvio energético que también pueden haber desprendido aquellos que velaron ese cuerpo, hicieron una mezcla qué en las condiciones idóneas dadas esa remarcada noche, fuera la causa de esos fenómenos extraños antes descritos.

Como si de un interruptor se tratara, comenzaron a surgir testimonios de personas que aseguraban haber sido testigos de fenómenos similares en ese lugar, mientras estaban en uso de esas dependencias para su labor, velar a personas fallecidas.

No solamente narran testigos el hecho de oír gritos o sollozos, también hay tanto usuarios como empleados que aseguran haber sido víctimas de tirones en la ropa y contactos extraños, sin que mediara nadie ni nada físico. Soplos en el pelo, llamadas por el nombre de la persona protagonista de extraños sucesos…

Y si el lector sigue pensando que puede tener todo una causa lógica o física, debemos añadir a todo lo ya expuesto que además se realizaron posteriores y minuciosos registros, ante la posibilidad de que los sonidos pudieran provenir de un animal, un gato por ejemplo, resultando esta acción infructuosa. Así mismo, se realizó una inspección metro a metro de la playa cercana al edificio, sin encontrar nada tampoco que pudiera dar explicación a los hechos.

Hasta se implicó el cuerpo de bomberos en la búsqueda de explicaciones mas “terrenales”, llegando incluso a introducirse en pozos cercanos a la finca… no encontraron nada que pudiera explicar tales fenómenos. Y más aún, se puso el caso en conocimiento de los aparejadores municipales para que, revisando los planos y el lugar, pudieran determinar la procedencia de tales sonidos por defectos u otras causas arquitectónicas que poder achacar tales hechos. Absolutamente nada.

Este es uno de los más recientes “expedientes X” españoles, teniendo en cuenta que figura una denuncia en la cual, aparecen como testigos de los extraños hechos acaecidos aquella noche del 11 de noviembre de 2002 funcionarios, policía y personal de seguridad con nombres y apellidos, y que la misma, fue revisada por el entonces jefe de la policía local, D. Ángel Gómez. Como ya hemos dicho, no hay explicación lógica posible, y eso… que la están esperando.

Entradas recientes

Ofrenda floral a Santiago Apóstol cargada de alegría

Con motivo del día de Santiago Apóstol la barriada bajo el mismo nombre ha celebrado…

24/07/2024

Feria 2024: presentado el cartel de las Fiestas Patronales

El Salón del Trono del Palacio de la Asamblea ha sido el escenario para la…

24/07/2024

Arriado y desfile en honor al patrón de España, Santiago Apóstol

La plaza de África ha sido escenario de un tradicional acto de arriado de bandera…

24/07/2024

Polémico estreno de la selección de Marruecos de fútbol en los Juegos Olímpicos

El primer partido de los Leones del Atlas frente a Argentina en los Juegos Olímpicos…

24/07/2024

Condenados por intentar introducir hachís desde Marruecos en un helicóptero

La Audiencia de Sevilla ha impuesto penas de un año y nueve meses de cárcel…

24/07/2024

La Ciudad lanza una licitación de material de apuntalamiento para Bomberos

Sale a licitación el suministro de material de apuntalamiento destinado al Servicio de Extinción de…

24/07/2024