Los coches-patera encubiertos se ha convertido en una trilería, cada vez más usual, en la zona de embolsameinto. Una nueva práctica de picaresca por la que algunos de estos vehículos acceden a las plataformas destinadas a los turismos con mercancía camuflada, es decir, porteadores que se hacen pasar por turistas para usar este carril, más ágil y descongestionado. Con este ‘disfraz’ llevan menos mercancía que los coches-patera, pero pasan mucho más rápido que éstos. Conscientes de este resquicio que se produce en la maquinaria del embolsamiento, las autoridades han decido combatir con más ahínco esta práctica que, además de estar fuera de la legalidad, tiene consecuencias negativas directas sobre los residentes en Ceuta y los verdaderos turistas. Por ello en las próximas semanas agentes de la benemérita transitarán con frecuencia la zona, cuyas labores se van a centrar en realizar inspecciones periódicas a los vehículos allí presentes. Aunque dichos controles se realizarán al azar, la
Guardia Civil, en un porcentaje elevado, conoce perfectamente qué coche es turista y cuál no, y está constatado que en bastantes ocasiones los agentes los han parado, han abierto sus maleteros y, en caso de confirmar sus sospechas, ha obligado a los conductores a dar la vuelta y regresar a la
zona de embolsamiento porque el ticket que tiene que entregar es el de mercancía, no el de turista. Por tanto, si la Benemérita ve que cuando una persona levanta el maletero lleva más mercancía de lo que se considera una compra normal, la actuación a realizar está protocolizada. Agemvicesa, por su parte, aunque solo tiene encomendadas las labores de ordenación de los vehículos, sí que se encarga de dirigir a aquellos conductores que, a simple vista, se dedican a esta actividad puesto que van al volante hasta arriba de productos que ocupan no solo el maletero, sino los asientos traseros y hasta el del copiloto. Pero, por mucho recelo que pueda despertar un posible camuflado, los trabajadores no tienen competencia para revisar el portaequipajes.