Varias embarcaciones del Servicio Marítimo de la
Guardia Civil han actuado sobre las pateras marroquíes ante la masacre de delfines registrada en aguas de Ceuta en los últimos días. La razón que motivó este control del Instituto Armado sobre estos barcos de
pesca de
Marruecos son los daños ocasionados a los cetáceos así como el uso de redes prohibidas.
La flota de la Benemérita interceptó a estas embarcaciones procedentes del país vecino en la zona de Santa Catalina y la Bolera. En torno a cuatro patrulleras del Instituto Armado rodearon a media docena de pateras que fueron conducidas hasta el puerto deportivo para su registro exhaustivo. La labor del Instituto Armado se centró en interponer denuncias por el uso de redes prohibidas aunque las mismas carecen de efectividad al tratarse de pescadores de Marruecos sin nómina en España.
Se intervinieron grandes redes cuyo uso está prohibido además de requisar pescado (entre ellos peces espada) para su posterior entrega a la Cruz Roja con un destino humanitario.
Una masacre recrudecida en estos días
Son auténticas redes criminales,
prohibidas pero que se estaban dejando ver en Ceuta. Ejemplo vivo de lo que es un tipo de pesca que hace mucho daño a las especies, prohibida por Europa pero que se estaba dando en nuestra ciudad. El CECAM informaba esta semana de hasta nueve cetáceos encontrados muertos en nuestras aguas en solo dos días, la amplia mayoría con mutilaciones y restos de redes. Curiosamente el domingo, pescadores de nuestra ciudad alertaban de que esto iba a suceder después de toparse con media docena de pateras de Marruecos que se dedican a una práctica prohibida pero que, incongruentemente, se hace en aguas de Ceuta.
Las redes que extienden y que comprenden varios kilómetros terminan siendo una trampa mortal para los delfines, calderones y demás especies, pero también potencial para los barcos e incluso para la propia Guardia Civil de toparse con una de ellas en plena persecución. De esta situación nadie es ajeno. Constituye la típica verdad que todos conocen pero que no genera actuación alguna. Es como la grotesca respuesta que da en varias ocasiones el Gobierno de la Nación a preguntas de la diputada Teresa López, negando que haya pateras de pescadores marroquíes faenando en aguas de Ceuta. Ya que, de haberlas, se cumpliría con la actuación esperada de la Guardia Civil al ser testigos de una infracción. Ahora se ha actuado y no se descarta que desde Madrid se ordene una actuación ejemplar ante lo que estaba ocurriendo en nuestra ciudad con denuncias de por medio a los pescadores.
Redes de deriva: prohibidas por la ONU
Las redes de deriva son un tipo de arte de pesca usado para la pesca objetivo de varias especies altamente migratorias, como atunes y pez espada, como viene denunciando la organización no gubernamental Oceana en Europa. Durante los 80 y principios de los 90, este tipo de red se hizo popular porque es efectiva y sencilla de usar. Sin embargo, las redes de deriva eran muy perniciosas para el medio marino porque capturaban accidentalmente miles de cetáceos y otras especies en peligro. En 1992, la ONU prohibió el uso de redes de deriva con una longitud superior a los 2,5 kilómetros. Después de que la Unión Europea (UE) prohibiera estas redes en 2002, algunos países continuaron usándolas. Marruecos anunció la prohibición de las redes de deriva a partir de 2011, sin embargo, los últimos acontecimientos ocurridos en Ceuta, apunta a que aún no ha sido así. La pesca con redes de deriva está prohibida desde 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y desde 2003 por ICCAT en el Mediterráneo. En 2010, Oceana denunciaba que Marruecos seguía usando este arte de pesca, pero la fuerte presión internacional hizo que iniciase su prohibición. No obstante, hoy asistimos a su reaparición a la vista de las autoridades marroquíes. Oceana también reclamó a las administraciones competentes que cierren las fronteras de la UE a este pescado capturado ilegalmente –atún y pez espada– y adopten las acciones adecuadas contra Marruecos para detener esta práctica pesquera insostenible.