Cuando la junta comunicaba a la banda, a finales del pasado año durante una reunión, que se había firmado con tres procesiones en Ceuta para el Domingo de Ramos, Lunes y Martes Santo, el escepticismo puede ser la mejor palabra que definiera aquella situación.
La motivación entre los jóvenes que querían vivir nuevas experiencias chocaba con un pensamiento más precavido por parte de los veteranos, quienes pensaban en todos aquellos condicionantes o factores que podían determinar en el rendimiento de nuestro trabajo. Factores que iban desde el viaje de ida y vuelta hasta la convivencia en esos días, pasando por posibles enfermedades comunes… lo que quedó claro fue la aceptación a esta decisión, porque como dice el refrán en ese momento fuimos… todos a una como en Fuenteovejuna.
Tras un viaje sin incidentes a destacar, siempre recordaremos nuestra llegada a Ceuta como algo inusual e insólito. Todo un comité de bienvenida, donde estaban representadas todas las hermandades a las que íbamos a acompañar, nos esperaba en el puerto. Un recibimiento de este calado nos sorprendió muy agradablemente. En nosotros empezó a cambiar el concepto que hasta ahora teníamos de Ceuta y su gente.
Tras una estancia estupenda por tierra ceutí queremos agradecer a la Hermandad de la Pollinica, Hermandad de Medinacelli y a la Hermandad de El Encuentro que contaron con nuestro servicio por todas las facilidades y comodidades que nos han ofrecido en estos días. Hemos de reconocer que no nos ha faltado ni un detalle: alojamiento, comida, desplazamiento, incluidos los que hacíamos por la mañana para visitar el centro de la ciudad... Nos han tratado casi como a hijos.
Por ello nos gustaría destacar determinados momentos vividos durante nuestro acompañamiento con estas hermandades. El Domingo de Ramos vimos el coraje mostrado por los costaleros de Madre de Dios de La Palma subiendo por la cuesta que accedía a su templo antes de la entrada, con una enorme chicotá que duró cuatro marchas. La impresionante multitud que se agolpó tanto en la entrada como en la salida de la Hermandad de Medinacelli el Lunes Santo, señal de la devoción que se le procesa. Por último destacar el expectante Encuentro entre los titulares de la Hermandad del Encuentro el Martes Santo, con la presencia de la legión que, sin duda, fue un atractivo muy singular para nosotros poder acompañar con nuestra música los sones de El novio de la muerte.
Queremos agradecer también a la residencia del Amor Fraterno por estos días de hospedaje. A Antonio por su amabilidad y servicio constante, por soportarnos estos días, recibiéndonos siempre con una sonrisa. Al personal del catering que lo han hecho de diez, con una comida y un servicio propios de una madre que cuida a sus hijos. Han demostrado unas dotes culinarias capaces de renovarnos las fuerzas que dejábamos en cada actuación.
Mencionar a los medios de comunicación ceutí es una obligación moral por nuestra parte, tanto prensa, radio como televisión. Todos ellos nos han dado una difusión impresionante que ha permitido, gracias a Internet, que nuestros familiares, amigos y conocidos nos hayan seguido desde la distancia. Su crítica y comentarios nos ayudarán a seguir creciendo.
No vamos a dejar atrás tampoco a la ciudad de Ceuta, la cual dispone de una riqueza cultural y gastronómica que desconocíamos y que nos ha encantado descubrir. A su gente, que se caracteriza por su cortesía, gentileza y atención, quienes han estado siempre disponibles para nosotros y nuestras necesidades. Gente que se ha dejado ver en multitud por las calles de la ciudad en el discurrir de las hermandades a las que hemos acompañado, que nos ha escuchado y felicitado cada vez que lo han estimado.
Nos vemos en la imperiosa necesidad de hablar de Pedro Arrebola, nuestro apoyo logístico y cicerón en Ceuta, hombre servicial y atento donde los haya para quien la palabra no, no se ha inventado. Él ha estado en todo momento muy pendiente de nosotros, siendo el nexo entre banda y hermandades.
Ahora que ya todo ha pasado la banda al completo ve nuestra estancia en Ceuta como una importante experiencia así como una oportunidad única, que nos ha permitido llevar y dar a conocer nuestros sones más allá de la península, llevándonos una excepcional y grata impresión de cada uno de los momentos, personas y entidades que hemos conocido. Desde esta Semana Santa, la Asociación Filarmónica y Cultural de Albaida del Aljarafe y la ciudad de Ceuta han creado un vínculo en común, que deseamos perdure en el tiempo.
Asociación Filarmónica y Cultural de Albaida del Aljarafe