La operación Shai, desarrollada el pasado mes de octubre en Ceuta y Málaga, que terminó con la detención de 12 personas -6 de ellas en nuestra ciudad- y
que fue adelantada por El Faro de Ceuta, no solo ayudó a esclarecer
un secuestro vinculado con el tráfico de drogas sino que también ha mostrado datos hasta ahora no conocidos. Por ejemplo, que esta organización se dedicaba a captar a personas con
discapacidad intelectual. “Como muestra de los escasos escrúpulos de esta organización se ha comprobado que la misma captaba y utilizaba para la ejecución de sus ilícitos penales a personas con un alto grado de discapacidad intelectual -en riesgo de desamparo y fácilmente manipulables- poniendo en grave riesgo su integridad física y mental”, explica la
Policía Nacional en una nota de prensa difundida este lunes que viene a completar el operativo ya publicado hace meses. Esta organización criminal, dedicada al
tráfico de drogas internacional, contaba entre sus filas con individuos especializados en la localización y captura de objetivos que hubieran atentado de algún modo contra la misma, utilizando para tales fines todo tipo de recursos tecnológicos, como dispositivos de geolocalización, inhibidores de frecuencia, drones, cámaras espía, etcétera. Igualmente, estarían especializados en la apertura de puertas de viviendas y vehículos que proporcionarían la logística necesaria para el traslado y posterior custodia de las víctimas.
Los delitos investigados atribuidos a esta red
La red está acusada de delitos de secuestro, robo con violencia o contra la integridad moral y pertenencia a organización criminal, aunque las personas detenidas en Ceuta fueron todas puestas en libertad. Los investigados habrían secuestrado a un hombre de origen argelino en Marbella (Málaga) exigiendo el pago de 1.500.000 euros para su liberación. Según la investigación, la víctima fue retenida a la fuerza y trasladada hasta el que sería el lugar de su cautiverio --una vivienda en la localidad malagueña de Coín- donde fue liberada cinco días más tarde, tras sufrir malos tratos físicos y psicológicos. El origen de los hechos estaría en el robo de un importante cargamento de estupefaciente que la organización achacaría a la víctima. Fue una persona cercana a esta quien, tras presenciar los hechos, presentó denuncia ante la policía. Los arrestados fueron puestos a disposición de la autoridad judicial competente que ordenó el ingreso en prisión de cuatro de ellos, ninguno los detenidos en nuestra ciudad. Durante el tiempo que estuvo retenido fue agredido tanto física como psíquicamente, sufriendo constantes amenazas, golpes por todo el cuerpo, privación total del sueño y generación de hipotermia -que le provocaban colocándole bolsas de hielo por todo el cuerpo mientras recibía directamente el aire de un ventilador-.