Gol fantasma en la noche de Halloween

El Gimnasio Goyu-Ryu consiguió una importante victoria en casa, además de polémica por el gol fantasma anulado al Recreativo B. El encuentro estuvo muy igualado de principio a fin y se tuvo que resolver en la segunda mitad. El primer periodo estuvo escaso de ocasiones, sobre todo, porque ambas escuadras se limitaron a defender su portería. El conjunto amarillo puso en liza un equipo ofensivo, buscando adelantarse pronto en el marcador pero no crearon las suficientes oportunidades de gol.
La primera aproximación se produjo a balón parado en el minuto pero el disparo de Badar lo atrapó bien el portero. El Recreativo B tampoco creaba peligro y sólo tuvo una en la primera mitad, con un remate de lejos de Cerpa que se fue fuera por poco.
La más clara fue para Misffut tras un gran pase de la muerte de Jesús Torres, pero su disparo con el portero batido la despejó un defensa. Con empate a cero se llegó al final del primer tiempo.
Nada más reanudarse la contienda, de nuevo la tuvo el Recre. Un mano a mano de Peli con el portero estuvo a punto de convertirse en el 0-1 pero la despejó Iván.
El Goyu-Ryu no se amilanó y pudo conseguir el primer tanto, en una gran contra que finalizó Bilal. El extremo se plantaba en el área y con pierna izquierda mandaba el balón rozando el palo.
En el minuto 55, jugada polémica y dudosa dentro del área. El árbitro señala pena máxima por manos de Óscar, que protestaron mucho los onubenses. Lo lanza Juanma y convierte el 1-0 para el Goyu.
En el minuto 67, pudo sentenciar el Goyu el encuentro. Badar realiza una gran jugada personal pero su disparo sale lamiendo el palo izquierdo. A la segunda si lo consiguió. De nuevo recoge un balón al borde del área y con un remate preciso mete la pelota por toda la escuadra, sin que el portero rival pudiera hacer nada. Dos a cero y partido prácticamente sentenciado, por lo visto en el terreno de juego.
Tres minutos más tarde, el Recreativo B pudo acortar con un disparo de Jesús Torres que despejó un defensa bajo palos.
No se iba a ir del partido el conjunto onubense y con el dos a cero se fue lanzado al ataque y ahí vinieron sus mejores momentos. Iba a recortar las diferencias en el marcador con un tanto de Fran, que dejaba el partido en el aire y con la esperanza de intentar empatar.
A falta de cuatro minutos el colegiado tomó más protagonismo, con la colaboración del auxiliar. Falta botada por Javi Simón en el borde del área, el balón golpea en el larguero, bota y al parecer toca la red de la portería por dentro. Driss Ahmed no señala el gol, asistido por el auxiliar cuando parecía que era el empate a dos, con las protestas del Recreativo B. El partido se quedaba con el mismo resultado, en una jugada de gol fantasma muy polémica. El Goyu aguantaba hasta el final y se quedaba con los tres puntos.

Pérez, recuperó la pelota con Osasuna saliendo de atrás y envió á Jorge Molina un balón en profundidad que dejó al punta solo ante Andrés Fernández, que quedó entregado a su suerte. Molina optó por la sutileza y picó el balón, que lentamente buscó el palo izquierdo. Con , la pelota se marchó por la línea de fondo, y con ella la posibilidad de disparar aún más los nervios de los jugadores rojillos.
Esa acción, al menos, espoleó el ánimo bético. Nelson y Álex  Martínez se decidieron a desdoblarse con Rubén Castro y Juan Carlos, quienes además empezaron  a correr hacia atrás con generosidad les en las tareas defensivas. Paulao y Perquis empezaron a marcarle el territorio a Joseba Llorente, que jamás pudo imponer su juego físico. Y el control del partido cayó del lado verdiblanco.    
Y el Betis, sin Beñat, es otro Betis. Un Betis compacto, sí, pero que se ensimismó en su seguridad y control de la situación sin mirar más allá. No sensimismó oltó amarras de verd ensimismó ad.
La puesta en escena prometió mucho más. Fue pitar Velasco Carballo que el balón echara a rodar y los rayados en verde y blanco allá que fueron a apretar lo más arriba. A los dos minutos, Salva Sevilla, que se ubicó entre líneas, unos metros por delante de Cañas y Rubén Pérez, recuperó la pelota con Osasuna saliendo de atrás y envió á Jorge Molina un balón en profundidad que dejó al punta solo ante Andrés Fernández, que quedó entregado a su suerte. Molina optó por la sutileza y picó el balón, que lentamente buscó el palo izquierdo. Con , la pelota se marchó por la línea de fondo, y con ella la posibilidad de disparar aún más los nervios de los jugadores rojillos.
Esa acción, al menos, espoleó el ánimo bético. Nelson y Álex  Martínez se decidieron a desdoblarse con Rubén Castro y Juan Carlos, quienes además empezaron  a correr hacia atrás con generosidad les en las tareas defensivas. Paulao y Perquis empezaron a marcarle el territorio a Joseba Llorente, que jamás pudo imponer su juego físico. Y el control del partido cayó del lado verdiblanco.    
Como la pelota empezó a circular más en el lado del equipo local, se abrió una vía al gol que para los béticos es más clara desde que llegó Paulao: el balón parado. Así, a los nueve minutos estuvo a punto de suponer el primer gol, como ante Espanyol y Real Sociedad, gracias a un cabezazo del gigante brasileño. Esta vez salió desviada la pelota por muy poco.
Ya discurría el partido por donde había soñado Mel. El dúo Puñal-Annan, sin un gramo de fútbol, cedió el timón a Cañas y Rubén Pérez. Jorge Molina maniobraba con éxito de espaldas a la portería, a veces intercambiando su posición con Juan Carlos. Y Rubén Castro completaba ese fútbol de constantes permutas al partir de la banda derecha y sorprender por otras zonas, como en su certero tirazo a la escuadra.