El Consejo de Europa instó por última vez al Gobierno de España en diciembre de 2019 a “aclarar” la situación “del
árabe/dariya en Ceuta, del caló como lengua no territorial de España, del estremeñu en Extremadura y del portugués en Castilla y León”, pero, como quien oye llover, el Ejecutivo central no le ha hecho ningún caso. En su respuesta que acaba de enviar, el Ministerio de Política Territorial se limita a decir que el árabe/dariya “se habla” en la ciudad autónoma, como la fala en Extremadura o el valenciano en una parte de Murcia.
Menos aún, de hecho, pues esa es la única referencia a la pluralidad lingüística en Ceuta, ya que el Ministerio sí apunta que el caló “no es una lengua territorial” y cita la existencia en Extremadura de fala, estremeñu y portugués oliventino.
El Comité de Expertos del Consejo de Europa considera que aunque “la cuestión de si proteger el árabe/dariya bajo la Carta está abierta, como es un idioma hablado tradicionalmente en el norte de África parece bastante claro que tiene una presencia tradicional”.
A veces el Gobierno español ha negado tal extremo. En 2010 negó a la lengua materna de la mitad de los ceutíes los requisitos para gozar de algún tipo de protección institucional: “Evidentemente, no constituye parte del acervo histórico cultural europeo que corre el riesgo de desaparecer por una progresiva uniformización lingüística continental”, diagnosticó, y subrayó que “en realidad, no es una lengua propiamente europea que corra el ‘riesgo de desaparecer con el tiempo’: es una lengua ‘nueva’ sobre el territorio de un Estado europeo y no una lengua ‘vieja”.