La Ciudad estudia cómo perfeccionar el mecanismo de los ‘cheque-libros’

La Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Ceuta ha comenzado a perfilar la convocatoria del programa de gratuidad de libros de texto para el próximo año académico con la intención de “perfeccionar” algunos de sus procedimientos para salvar las disfunciones principales que se han observado en la de este curso, que básicamente han estado ligadas a familias que, pese a haber recogido sus ‘cheque-libros’, posteriormente no los entregaron en plazo en las librerías o establecimientos comerciales adheridos al programa, según el diagnóstico que ha hecho la Ciudad Autónoma, generando la necesidad de realizar pedidos a destiempo y en algunos casos, hasta la necesidad de impresiones tardías con el consiguiente perjuicio para los estudiantes afectados pese a la predisposición de la Administración para no excluirles.

El departamento que dirige Javier Celaya ha mantenido ya una primera reunión de evaluación y coordinación con los directores de los colegios de la que se han extraído varias ideas y posibles retoques del sistema.

“La idea”, avanzó ayer el consejero en declaraciones a este periódico, “es mantener las ayudas en las mismas cuantías y que sigan cubriendo el 100% de las materias troncales”. En Educación Infantil tiene un valor de 95 euros; de 140 en primero y segundo de Primaria, y de 160 de tercero a sexto de ese mismo ciclo.

El Ejecutivo local prevé que el reparto de los ‘cheque-libros’ para las familias del alumnado de 3 a 6 años no se efectúe en junio sino en septiembre y que las librerías puedan entregar el material directamente a las familias y no directamente a los centros educativos. Al no ser reutilizable “no es tan necesario” su etiquetado y los colegios se verían parcialmente aliviados de ese trabajo burocrático-administrativo.

En Primaria sí se mantendrá el circuito de control “estricto” pero se piensa en abrir la puerta a que las familias puedan “delegar” en los centros la gestión de los cheques para minimizar pérdidas, olvidos, etcétera, “pensando siempre en lo mejor para el alumnado, los docentes y el sistema global”.

Convocatoria específica para los institutos

El año pasado la Ciudad asumió que no podría abarcar toda la etapa de Secundaria con el presupuesto dispuesto para el programa de gratuidad de libros de texto y decidió que tendrían cubiertas sus necesidades de material en primer curso de la ESO los estudiantes hubiesen sido becados en el último año de Primaria. Para el próximo año académico la intención de la Consejería pasa por efectuar una doble convocatoria, por un lado para los colegios dirigida al 100% de los estudiantes y por otro para el alumnado de los institutos “estableciendo a ser posible una cobertura garantizada para quienes hayan sido perceptores de ayudas del Ministerio”.

Alumnado y docentes “principales perjudicados” por indolencia

La convocatoria de la Ciudad Autónoma para este curso establecía que los ‘cheque-libros’ debían ser entregados en librerías “debidamente cumplimentados” antes del 15 de julio por los padres o representantes legales del alumnado. Solamente se exceptuaba a los estudiantes que no estuviesen matriculados en ningún centro a fecha 30 de junio para poder hacerlo “durante el mes de septiembre”.

Este curso los ‘cheque-libros’ debían entregarse antes del 15 de julio

El incumplimiento de estos plazos implicaba quedar automáticamente excluidos del Programa de Gratuidad en el curso 2018-2019, como la no presentación de las familias en el centro educativo para “firmar la recepción en préstamo de los libros de texto o materiales curriculares”.

Las librerías y los establecimientos adheridos al Programa quedaban a su vez obligados a entregar los lotes de libros en cada centro educativo “antes de la fecha de inicio de curso marcada en el calendario escolar anual”, que según la propuesta de la Junta Docente para el curso 2019-2020.

Vicios por “indolencia” o falta de atención como los detectados este curso perjudican, a ojos del consejero Celaya, “sobre todo, a los estudiantes que se ven sin el material y los libros al principio de la actividad lectiva; y a los docentes que se encuentran a una parte de su alumnado en esa situación al comienzo de curso”.