La Consejería de Servicios Urbanos y Patrimonio Natural de Ceuta ha concluido la instalación de una doble verja de seguridad, tanto en el nivel inferior como en el superior, con el objetivo de impedir que nuevos actos vandálicos dejen fuera de servicio el ascensor de la
playa de la Ribera. El elevador vuelve a estar operativo y permanecerá cerrado e inaccesible entre las 2.00 y las 8.00 horas aproximadamente, es decir, en el horario en el que la instalación no tiene vigilancia física.
El último acto vandálico, que dejó graves daños en el elevador, ha supuesto un gasto extraordinario en reparaciones y el acondicionamiento del nuevo vallado de unos 4.000 euros. A la Ciudad no le ha quedado otra que encargar esta obra para evitar que el vandalismo se cebe con una infraestructura que es usada por muchos ceutíes para poder disfrutar de la céntrica playa.
Incivismo generalizado
Hay quienes no saben disfrutar de los bienes comunes y buscan en el incivismo el arma para hacer un mal genérico a todos los que pueden beneficiarse del ascensor, como así ha ocurrido ahora y desde hace tiempo. La medida extrema que se ha adoptado está orientada a que no se produzcan más incidentes. La plataforma elevadora queda completamente enrejada pero al menos se garantiza que no pueden acceder más intrusos con el fin de dejar fuera de servicio este ascensor. El gasto que tiene que hacer el Ayuntamiento de Ceuta para arreglar lo que otros destrozan corre a cargo de las arcas municipales, a cargo de los impuestos de todos los ceutíes.
Y no es solo el caso del ascensor. Están también los destrozos que se hacen en el mobiliario urbano de Ceuta, en las playas, en los servicios comunes. Este verano, de hecho, está siendo demoledor para los servicios municipales que están destinando cuantiosas partidas a arreglar lo que otros destrozan.