El Observatorio de Ceuta y Melilla presentó ayer un nuevo informe respaldado esta vez por la autorizada firma de Adolfo Hernández, que reflexiona en él sobre ‘La adecuación de las ciudades autónomas a la organización y funcionamiento del Estado autonómico’.
Más allá de sus conclusiones, es positivo que, como indica el propio autor, se aporten análisis solventes para “llevar a cabo un proceso de reflexión” sobre la situación y los efectos que de ella se derivan “transcurridos suficientes años” desde la aprobación de los Estatutos de 1995 “para evaluar la experiencia”.
El texto aporta una nueva perspectiva crítica sobre la gestión “centralizada” que la Administración General del Estado hace en las dos localidades españolas norteafricanas, con mejores o peores voluntades personales en función de quiénes han sido los responsables institucionales en Madrid, de competencias básicas como las de Educación y Sanidad asistencial, aunque esos no son los únicos lastres identificados.
En el ámbito escolar se señala que el desempeño del MEFP ha causado “una mala calidad de los resultados de la enseñanza, así como la falta de adecuación del sistema educativo a los problemas de integración de la numerosa comunidad musulmana”.
En el sanitario se alerta de que “una deficiente gestión centralizada deslegitima un ejercicio de las competencias que no pueden ser controladas por los ciudadanos que la sufren, ni están sometidas a una obligación de rendir cuentas, lo que produce de forma efectiva una discriminación”.
Todos los partidos, pero sobre todo aquellos con posibilidades de gobernar tanto en Ceuta como en el conjunto de España deberían revisar al menos sin cortapisas electoralistas los debes que arrastra el rango institucional de la Ciudad y debatir posibles soluciones de mejora, pues eludir o negar el debate solamente permite dejar pasar el tiempo y cronificar los déficits en perjuicio de la ciudadanía.