Yo estoy orgulloso de mis hijos y muy especialmente de mis gemelas. Siempre le han gustado jugar al fútbol y han sido muy buenas. Pero tuve unos momentos delicados con la mayor. Por lo menos me dijeron que fue la primera en salir a este mundo. A la edad tan delicada para las mujeres de 12 años mi hija tuvo unos mareos muy raros. No podía mantener unos movimientos coordinados. La llevamos al médico y después de un montón de pruebas llegaron a la conclusión que tenía un derrame cerebral. Era de carácter grave. La operaron de urgencias a vida o muerte. Cuando despertó sólo dijo una palabra a su madre: “Mamá estoy bien”. Y después de esto estuvo en coma durante más de dos años. Imagínate cómo estábamos todos los de la familia. Pero siempre hay una luz en este mundo.
Se presentó en mi casa una persona. Yo al abrir al no conocerla como es evidente pregunte quien era. Él no se prestó sólo me dijo: “Hermano tiene a tu hija muy enferma. Sólo se puede hacer una cosa. Que su hermana gemela le de la fuerza necesaria para salir del trance”. Yo no sabía que decir. Él me vio mi shock en aquel momento y me facilitó un número de teléfono para poder contactar con él. Y como es lógico lo llamé. Mi hija estaba allí en una cama de hospital con todos los tubos y aparatos del mundo puesto y no reaccionaba. Era un vegetal. ¿Que podía hacer? Pues agarrarme a un hierro ardiendo. Quedamos en su casa y allí me informó primero que su hermana gemela debería de darle la vida nuevamente. La aleccionó durante varias semanas y ella estuvo dispuesta a afrontar el reto.
Me contó ella que lo que tenía que hacer era cogerla de la mano y empezar a hablar con ella como si fuera una conversación normal que siempre estábamos haciendo cuando ella podía responder. Y así estuvo durante creo contar 35 días. Ese día fue crucial para el devenir de mi querida hijita. Despertó y las primeras palabras que dijo fueron dirigidas a su hermana gemela: “Yo sabía que Juan quería algo conmigo”. Después de este medio milagro hubo que estar mucho tiempo con rehabilitación. Pero gracias a Dios actualmente está muy bien. Tengo unos nietos preciosos y ya con novias y novios. Pero te tengo que contar una cosa que me confesó ella.
Cuando estábamos en el cuartito de al lado todos reunidos. O sea sus hermanos, mi mujer y yo me dijo mi hija que ella estuvo en aquel habitáculo. Al lado nuestra. Sufrió mucho porque estaba junto a nosotros. Nos tocó a todos nosotros. Pero nosotros no la sentíamos. Fue un momento muy trágico para ella. Nos veía desde la parte del techo y poco a poco fue descendiendo hasta estar a nuestra propia altura. Fueron unas declaraciones en un hall de un hotel. Y la verdad que me impactaron muchísimo.