Tiene 21 años y sus canciones las protagonizan redadas policiales, droga y delincuencia en general. Gaviria, un joven de la Cuesta de la Parisiana cuenta en su trap oscuro la historia de la Ceuta marginal, "la de las clases bajas a las que nos cierran las puertas".
Gavira, que empezó a crear música con ocho años y hace dos que la comparte en You Tube, acaba de sacar un nuevo tema titulado 1811, lo que denomina un 'spanish drill', es decir, una versión castellanizada del drill, subgénero de la música trap, más experimental, tendente a la lírica violenta.
En él habla de su historia, la de un joven que se encuentra sumido en el mundo de la delincuencia y con poca escapatoria: "Nadie roba o delinque por gusto. La necesidad es una realidad en los barrios. Una realidad que no pueden tapar llamando a todo el mundo delincuente", espeta.
Defiende, ante todo, que no se debe llamar a la gente "delincuente" sin saber "que te llevó a ese camino".
Nihilismo que contrasta con la profundidad de una problemática a la que el joven ve una solución clara. "Nadie se echa a la mala vida por gusto. Necesitamos que ayuden a los jóvenes, que den trabajo a los padres de familia", resume.
Así, a su juicio, se paliaría "la realidad de los barrios humildes", plagada de "sufrimiento de muchas familias y chavales para salir adelante en el día a día".
Sin embargo, para Gaviria, y así lo transmite en su música, faltan oportunidades. "Hoy en día si no eres hijo de fulano, lo tienes muy difícil. Vivimos en un mundo donde a la clase baja se la margina y se le cierran las puertas hacia las oportunidades", lamenta el músico.
A pesar de los baches que, según expone, debe esquivar, el sigue intentándolo. Un Asia por hacia y algún pretérito perfecto compuesto sin hache durante la conversación escrita, dan cuenta de este abandono del que habla el joven.
Todo lo iguala, o al menos así lo intenta, a través de la música, su sueño profesional: "Si Dios nos ha permitido ponernos metas, son para cumplirlas", concluye.
Estudiar en España es practicamente gratis, hay cursos practicamente de todo, tanto presencial como a distancia. A este señor no le van a llamar a la puerta para ofrecerle un trabajo, que supongo es lo que quiere. Este victimismo viene siempre de los mismos, y casi siempre no suelen hacer nada para remediarlo, solo quejarse.