La visita a nuestra ciudad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, cuando ya se han cumplido cuatro días del mismo resulta que todavía sigue teniendo flecos como el cese pedido por el PSOE en la persona del gerente de Obimace, Gregorio García Castañeda.
Una petición de cese al presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, que me parece absolutamente injusta por las razones que ahora explicaré, pero que ha supuesto también una guerra particular por parte de un alto cargo socialista hasta hace unos meses. A lo mejor, una guerra particular porque tenga abierta algún tipo de desavenencia hacia García Castañeda. A través de las redes sociales se encargó de calentar el ambiente y ante ello no le quedó más remedio
al secretario general del PSOE en nuestra ciudad, Manuel Hernández, que pronunciarse en la rueda de prensa que realizó el jueves por la mañana.
Voy a explicar esas razones por las que entiendo que esa petición de cese de García Castañeda me parece absolutamente fuera de lugar y totalmente injusta. La primera de ellas se centra en que nos encontramos en un estado democrático y el derecho de reunión y de manifestación está perfectamente establecido en nuestra Carta Magna. Por lo tanto, García Castañeda, sea gerente o no de una empresa pública, tiene el derecho de acudir a esta concentración que se produjo enfrente del helipuerto de nuestra ciudad.
En segundo lugar, en los vídeos que se han publicado en los medios de comunicación, donde no es posible ninguna manipulación, a García Castañeda se le ve perfectamente no insultando al presidente, no calentando al ambiente, sino al revés, frenando a las personas que acercaron hasta el coche presidencial y además pidiéndoles que se volvieran subir a la acera. Es decir, intentando ayudar de manera directa al dispositivo policial que vigilaba a estas personas. Desde mi punto de vista, a Gregorio García Castañeda no le correspondería una petición de cese sino, en todo caso, una felicitación por su comportamiento.
Creo que las dos razones expuestas: su derecho como ciudadano libre y en un estado democrático de acudir a una concentración y, luego, la labor de ayuda a los agentes policiales para que los más exaltados no se salieran con la suya.
"Voy a explicar esas razones por las que entiendo que esa petición de cese de García Castañeda me parece absolutamente fuera de lugar y totalmente injusta"
Al secretario general de los socialistas, Manuel Hernández, como persona honesta y justa como ha demostrado a lo largo y ancho de su carrera política, entiendo que se ha precipitado en la petición de cese en la figura de Gregorio García Castañeda. Hubiera entendido, en todo caso, que hubiera solicitado al presidente de la Ciudad y presidente de los populares en nuestra ciudad que abriera una investigación en cualquier de los dos niveles, ya sea desde el punto de vista del Ejecutivo o desde el punto de vista del partido para que estudiara lo sucedido donde existiera la oportunidad de estudiarlo con tranquilidad. La misma Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos enviaba el jueves por la noche un comunicado a los medios de comunicación donde insistía en este mismo análisis: que se abriera una investigación al respecto.
Incluso, voy más lejos, el PSOE no debería haber solicitado el cese de García Castañeda sino que le debería haberle felicitado por su labor de contención y ayuda a los policías nacionales para que los más exaltados que participaban en la concentración se salieran con la suya y se acercaran demasiado al coche del presidente. Si García Castañeda no hubiera actuado de esa manera, a lo mejor, en estos momentos nos lamentaríamos aún más de lo sucedido.
En definitiva, García Castañeda no merece ser cesado por el presidente de la Ciudad Autónoma porque los hechos tal y como han sido narrados no son reales. Las pruebas son más que suficientes como se observa en los vídeos publicados. Confío en que todo se haya quedado en un equívoco y que nadie utilice la figura de García Castañeda para intentar buscar una ‘cabeza de turco’.