Gandhi, día de la paz

Fue un personaje muy popular tanto político como religioso. Ha pasado a la historia como el “el padre del pacifismo”. Cambió el rumbo de la historia en su país de nacimiento, la INDIA; y lo hizo con grandes sacrificios, porque si algo dignificó a este peculiar personaje fue su saber ser y estar.
Hace 63 años nos dejaba, el 30 de enero 1948. Se llamaba MOHANDAS KARAMCHAND GANDHI, conocido por MAHATMA (Gran Alma) GANDHI.
Se distinguió siempre por su sencillez y humildad, de ahí que se ganará el apodo de “MAHATMA” por parte del pueblo. Él no se inmutó un ápice ante esto, muy al contrario luchó mucho más pos su causa: entender que todos somos humanos y por tanto hermanos y su lucha por la independencia de la INDIA, por la que luchó hasta el final de sus días. Su sentido de la JUSTICIA y SOLIDARIDAD fueron un fuerte en su vida.
GANDHI estudió derecho en Inglaterra. En un viaje a SUDÁFRICA y yendo en un tren, llegó a darse cuenta de la manera con la que se trataba la gente de color y esto hizo que iniciará una lucha por la igualdad entre hombres y mujeres sin distinción de raza o sexo. Mantuvo huelgas intermitentes de hambre, para ratificarse aún más en sus creencias. Ejerció una fuerza poderosa en el ejército británico, con el que mantuvo muy buenas relaciones con sus autoridades, consiguiendo con su buen hacer el gracejo y la simpatía de aquellos. En el año 1947 la INDIA se independizó y el ejército británico se retiró comprendiendo que la lucha de aquel hombre tan pequeño de estatura, enjuto y fuerte personalidad los había cautivado. GANDHI, pudo vivir estos momentos con gran alegría.
Siempre se caracterizó por su peculiar forma de vestir: sencillas sandalias, una especie de túnica blanca y un cayado en el que se apoyaba con  toda dignidad. Su mujer siempre comprendió su postura y lo respetó en todo momento. Su lucha fue tan fuerte que incluso dejó de mantener relaciones sexuales con su mujer, a la que le unió una relación de hermandad en los últimos años pero su lucha no fue en vano, consiguiendo todo lo que se propuso. Su llamado “ejército” fue un grupo numeroso de hombres que sin armas se enfrentaron al ejército inglés. Tan apegados estaban a las creencias de GANDHI, que avanzaban sin parar hacía el contrario, muriendo muchos por la causa.
Lejos estaba el MAHATMA de suponer cómo iba a ser el fin de sus días. En una manifestación pacífica en NUEVA DELHI y ante la muchedumbre, un desconocido se le acercó y le dijo con las manos juntas en señal de saludo “NAMASTE” a lo que GANDHI respondió igual. A continuación el desconocido sacó un revolver y le disparó desvaneciéndose aquel y diciendo sus últimas palabras en vida: “¡Oh, Dios mío!”. Había nacido el mito. Su cuerpo fue paseado por las calles de NUEVA DELHI con honores de jefe de estado. Rodeado su cuerpo de flores y una guirnalda caía sobre su torso, como era la costumbre. En su séquito lo acompañó mucha gente, sobre todo del pueblo del que más recibió. Su asesino era un fanático hindú que no entendía de la lucha de GANDHI por la igualdad entre hombres, sobre todo musulmanes e hindúes.
Parte de sus cenizas se guardaron durante muchísimos años en un banco bajo suma protección, hasta que hace ya un tiempo fueron lanzadas al río sagrado GANGES, como es la costumbre.
Cada 30 de enero se le recuerda como el gran pacifista que fue, como el gran revolucionario de la PAZ. Y en las escuelas, se le rinde homenaje gracias al fundador escolar de este día, el señor LORENZO VIDAL Y VIDAL, quien fuera Inspector de Educación durante muchos años.

“ NAMASTE”, MAHATMA.