Los narcos gallegos afianzan sus relaciones con las mafias del país vecino para llevar a cabo el traslado de alijos hachís en grandes plenadoras La reciente detención de tres guardias civiles y sus colaboradores en un presunta red de narcotráfico destapa una realidad en torno al funcionamiento de las mafias dedicadas a la introducción del hachís que procede de Marruecos en la península. La conexión entre las mafias gallegas y las marroquíes es clara. Ya lo apuntaba ‘El Faro’ hace un mes haciéndose eco de un informe interno elaborado por los servicios de información de la Benemérita. Y es que las complicaciones para la introducción de la cocaína en Galicia ha abierto otras rutas y los narcos del norte peninsular están especializándose, con apoyo de los marroquíes, en el traslado del hachís hasta la otra punta de España.
Los narcos gallegos se han ‘pasado’ al negocio del chocolate, y para ello cuentan con el apoyo de las organizaciones del sur peninsular, de Marruecos y de los enlaces que operan en Ceuta.
En la operación abierta que se ha saldado ya con más de 30 detenidos -entre ellos dos guardias naturales de Ceuta y un comerciante asentado en la ciudad autónoma- se ha dejado claro una realidad delincuencial: la introducción de nuevos actores en el traslado de la droga. Se trata de gomeros gallegos que se encargan de coordinar el traslado de la droga que es cargada en planeadoras en Marruecos. ¿En dónde? En el actual paraíso de la droga: el entorno de isla Perejil. La famosa roca que hizo brotar la españolidad en 2002 funciona como almacén de toneladas de hachís que son transportadas en grandes embarcaciones bien hacia tierras gallegas o bien dirección Levante.
Las últimas lanchas aparecidas varadas en las playas de la ciudad cumplían con las características de servir para largos viajes. Pero hay más. La Guardia Civil tiene constancia de la presencia de lancheros en el entorno de Perejil que fueron sorprendidos sin carga de droga alguna por lo que no fueron imputados por un delito de salud pública. ¿De dónde eran? Gallegos, como también lo era al menos uno de los narcos que escapó de la Benemérita tras una persecución esperpéntica que terminó con los guardias detenidos en pleno puerto de Gibraltar y los narcos acusados únicamente de contrabando.
Esta situación ya hizo sospechar en su día a la Guardia Civil de la vía abierta entre Marruecos y Galicia. Ahora, con la operación realizada por los GRECO y la UDYCO, se pone de manifiesto que esa sospecha era una realidad. Quedan muchas personas por detener en una de las operaciones más relevantes. En el aire queda la eterna duda: la identidad del propietario de la droga. Podría ser ceutí.