La barriada del Príncipe, una vez más, se enfrenta a una situación crítica que pone en riesgo a nuestra juventud. Hace unos meses, ya advertimos que las condiciones de los jóvenes en esta zona —y otras barriadas— estaban empeorando. Hoy, esas advertencias han pasado de ser una previsión a una dolorosa realidad que amenaza con desencadenar una crisis social de proporciones alarmantes.
Los jóvenes del Príncipe, muchos de ellos atrapados en una espiral de vulnerabilidad, abandono escolar y falta de formación, son los grandes olvidados de nuestra sociedad. Mientras las administraciones miran hacia otro lado, estos jóvenes se enfrentan a un futuro incierto, donde el paro y la delincuencia parecen ser las únicas opciones. Nos preguntamos: ¿Qué será de estos jóvenes si no se actúa de manera urgente y eficaz?
Las tasas de abandono escolar en la barriada no dejan de crecer. Cada día, más jóvenes abandonan las aulas sin terminar sus estudios, sumándose a una generación que carece de las herramientas necesarias para acceder al mundo laboral. Esta situación es especialmente alarmante si consideramos que, sin una formación adecuada, las posibilidades de reinserción son prácticamente nulas.
La juventud es el futuro de Ceuta, y cada joven que perdemos es una oportunidad desperdiciada para construir una sociedad más fuerte, más preparada y más justa. Sin embargo, las administraciones parecen seguir apostando por la indiferencia, permitiendo que un patrón destructivo se repita una y otra vez, generando las mismas consecuencias que ya hemos visto en el pasado: dolor para las familias, para los vecinos y, sobre todo, para una ciudad que no puede permitirse seguir perdiendo a su juventud.
Es urgente que se ponga en marcha un plan de choque que atienda a estos jóvenes. Necesitan formación, necesitan oportunidades, y necesitan ser integrados en el tejido laboral de la ciudad. No hablamos solo de empleos temporales o programas limitados, sino de soluciones reales que les den las herramientas para forjarse un futuro estable y digno.
Nos dirigimos a las autoridades competentes para que actúen de inmediato. No podemos permitir que estos jóvenes se conviertan en una estadística más, engrosando las listas del paro o, en el peor de los casos, entrando en el mundo de la delincuencia.
Si no se hace un esfuerzo conjunto por parte de las administraciones, la sociedad civil y las familias, el futuro de estos jóvenes, y con ello el futuro de nuestra ciudad, estará en juego.
Es el momento de actuar, de cambiar el rumbo de nuestra historia y ofrecer a nuestros jóvenes una salida digna. No podemos seguir viendo cómo generaciones enteras se pierden por la falta de apoyo y de oportunidades. Debemos exigir un compromiso real por parte de las instituciones para que se invierta en la formación y reinserción laboral de estos jóvenes.
Si queremos una Ceuta fuerte, una Ceuta que pueda mirar al futuro con esperanza, debemos empezar por salvar a nuestra juventud. Hoy, más que nunca, hacemos un llamado a todas las partes involucradas: padres, madres, educadores, políticos y ciudadanos. La juventud es el cimiento sobre el que se construirá el mañana, y si no actuamos ahora, el coste será irreparable.
Paremos este ciclo de dolor y abandono. Es hora de dar a nuestros jóvenes la oportunidad que merecen. Porque si salvamos a nuestra juventud, salvaremos el futuro de Ceuta.
Abdelkamil Mohamed, Kamal
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