Opinión

Funcionarios municipales que se dan demasiados "golpes de pecho"

Cuando hablas con muchos funcionarios y funcionarias municipales presumen de lo mucho que trabajan y de lo preparados que están para ocupar su flamante cargo de jefe de no se qué, coordinador, gestor, etc. Algunas también alardean de lo mucho que ha estudiado su descendiente para entrar también en el Ayuntamiento. Dice el refrán: “dime de que presumes y te diré de que careces”.

Como funcionario que lleva toda una vida en el Ayuntamiento (primero de laboral y después de funcionario) viéndolas venir, le voy a refrescar la memoria a bastantes funcionarios que hoy cobran un pastón y alardean de lo mucho que les costo entrar y lo merecido que tienen haber hecho la gran carrera que han hecho, sobre todo para ser tan afortunados a la hora de tener ese pedazo de sueldo que tanto creen merecerse tanto ellos/as como los descendientes de algunas/os que también han tenido la gran “suerte” de pasar a engrosar la selecta listas de funcionarios municipales.

A muchos y muchas de esos “afortunados” por mi edad, y los muchos años que llevo en el Ayuntamiento, los he visto entrar tanto a ellos como a sus progenitores u otros familiares de primer grado. Algunos entraron hace ya bastante años ocupando una plaza de interinos o contratados en las categorías más bajas y hoy día por la promoción interna a medida han trepado hasta lo más alto, y ahí los tienes cobrando un pastón y dándose “golpes de pecho” y perpetuando sus apellidos.

Bien que les ha venido a más de uno/a que no exista una Relación de Puestos de Trabajo (RPT) para tener mas facilidades en la trepa hacia las alturas, etc.

A mí, que ando ya cerca de la jubilación, poco me importa decir como entré en el Ayuntamiento. En mí caso, que supuestamente es el de muchos y muchas, por la “puta cara”. Sí, han leído bien, lo que todo el mundo sabe, pero no se atreven a escribir o decir, prefieren decir cualquier otra cosa.

Esto es como el tema de las casas de Emvicesa, que en la calle todo el mundo sabía lo que estaba pasando, pero tardó años y años en llegar al juzgado.

¿Qué quiere decir que entre por la “puta cara”? Pues que no hice examen ninguno para entrar y me valió con que uno de esos altos cargos funcionarios que se les llamaba de “Don” conociese bastante a un familiar para que me metiesen por la cara con un contrato hasta optar a la plaza en propiedad.

¿Me exigieron algo? NADA. Bueno, mejor dicho, el “Don” te decía al sindicato al que te tenías que afiliar, en aquel entonces era UGT. También te recomendaba encarecidamente al partido político que tenías que votar tú y toda tu familia, que por aquel entonces era el PP, aunque nunca sacaba lo suficiente como para gobernar.

Con los años salieron las plazas a concurso público y nos teníamos que examinar para optar a la plaza en propiedad.

Se preguntarán que cómo fue todo. Bien, lo primero nos dieron una exagerada cantidad de puntos por haber trabajado en la administración. Y después, la mayoría de las preguntas del examen, se nos apareció la Virgen María y antes de examinarnos ya sabíamos muchas de ellas. Eso es lo que tiene creer en Dios (y eso que no soy creyente), que en estos casos se te aparece la Virgen María cuando más lo necesitas.

Mi caso es curioso, porque pocos años después me presenté por libre para unas plazas de superior categoría, y, casualidades de la vida, lo hice todo bien, merecía entrar descaradamente, pero el “Don” que movía los hilos (el mismo que me había metido por la cara) junto con otros “Don” en este caso decidieron que ninguna de esas plazas eran para mí, que había otros que se la “merecían” más porque eran más listos y apuestos, se les daba bien jugar a la pelota o vaya usted a saber.

En una no hago nada y me meten por la “puta cara”. Y encima cuando llega la hora de examinarme se aparece Virgen María, sin ser creyente, y revela muchas de las preguntas y no solo a mí. Mi preparación fue más bien poca, pero el resultado fue todos aprobado con buena nota.

De las otras plazas de las que hablo, de las que me presento por libre, había varias pruebas que eran públicas. En las primeras saqué muy buena nota y en las segunda, que era escribir un tema de los 7 (creo recordar) que entraban en el examen y después leerlo en público, puse hasta las comas y los puntos exactamente igual y la lectura fue impecable. ¿Qué si entre? Nada de eso, estas plazas eran mucho más golosas y de nada sirvió el que lo hiciese para haber entrado con buena nota.

Ya he contado como entré en el Ayuntamiento, el “Don” que conocía al familiar dijo que para dentro, y para dentro. En la otra oposición, ¿que pasó sí lo hice para entrar como lo vieron muchas personas que me escucharon de leer el tema y la buena puntuación que tenía en las pruebas anteriores? ¿Por qué la primera vez entro por la “puta cara” y la segunda no? Eso solo lo sabe el “Don”, o mejor dicho en este caso los “Don” que manejaron esos hilos (Tribunal por llamarlo de alguna manera).

Con todo lo vivido en primera persona entendí claramente que de poco valía hacerlo bien, que si querían que entrases, entrabas, y si no querían no entrabas. Esa es mi opinión.

Ya soy mayor y tengo hijos ya mayorcitos, desde que eran pequeños les recomendaba que estudiaran. Tuve la buena suerte, o por lo menos así lo veo yo, que no quisieron ser funcionarios municipales, no le iba ese pegote. Se dieron cuenta de que iba el tema poco a poco y, lo más importante, es que tenían vocación e ilusión por trabajar en aquello que tanto les gustaba, que era servir a los demás. Tan solo pasar la mayoría de edad ya una de ella había aprobado una plaza para la Administración Central del Estado, además de esas que son muy exigentes y tienen muchas pruebas y de nada valen las famosas recomendaciones. Todas las pruebas eran fuera de Ceuta.

La siguiente descendiente se busca la vida por su cuenta con sus estudios y su vocación de servir a los demás, es una gran profesional de lo suyo, muy quería por ayudar a los demás. Por cierto, gana más que yo que soy funcionarios, todo en la vida no es ser funcionario.

Espero con este escrito hacer recapacitar a muchos y muchas mamis y papis funcionarias municipales, y piensen que entre todos tenemos que empezar a dignificar la Administración Local. También tenemos el deber y la obligación de hacer un mundo más justo. No se puede jugar con la ilusión de las personas, y mucho menos con la juventud. Son muchos los jóvenes que estudian y estudian para presentarse y no tienen la suerte de que a última hora se les aparezca la Virgen María por mucho que recen, y precisamente el motivo de su no aparición, no es que sean buenos o malos cristianos, más bien es cosa de apellidos y otros tipos de circunstancias que ya sabemos o nos podemos imaginar (como me pasó a mí).

Hoy, con el paso de los años, le agradezco mucho al “Don” y al familiar que me ayudaran, más bien que me colocaran en el Ayuntamiento, pero si volviera atrás les diría que eso no se hace, que la Administración Local no es suya para que jueguen a su antojo con las ilusiones de las personas. ¡Que cambien el chip que ya es hora! Que dentro de las funciones de educar bien a las nuevas generaciones, debería ir incluido el que en todas las Administración publicas se debe de entrar por méritos propios, que hay que estudiar si quieren ser funcionarios municipales, que no vale el enchufismo, compadreo, los apellidos ni las ayudas y chapuzas de los “Don”, etc.

Dignifiquemos entre todos la Administración Local que está de pena, ¡nunca es tarde! Todo redundaría en un mejor servicio al ciudadano, y sobre todo que se haga justicia y no quitarle la ilusión a tantos jóvenes, y no tan jóvenes, que supuestamente no disponen del tan necesario “Don” o “Doña” o de la posible ayuda de la aparición de la Virgen María a última hora.

Se puede decir que soy un arrepentido, de volver atrás no hubiese entrado en el Ayuntamiento por la cara. Eso no está bien, pero he de decir que peor lo hacen los que supuestamente lo preparan todo para meter a quien les da la gana, eso además de ser una tremenda canallada es un delito por el que deberían de rendir cuestas ante la justicia todo aquel que lo haga.

Aclarar que lo mío, que me metieran por la “puta cara”, está más que prescrito para los que lo hicieron, al igual que está prescrito que me dejaran fuera de una plaza de superior categoría que en este caso sí que me la merecía y me la había ganado.

Por ultimo, por hoy (porque seguiré), ojalá un día terminase en el juzgado todos estos temas, pues en mi opinión seguro que iba a pasar lo mismo que con el caso Emvicesa, que tuvieron que ampliar el juzgado, porque no había sitio para albergar a tantas y tantas personas que tenían que declaran en calidad de investigados y que a más de uno y una le iba a entrar cagaleras.

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