Una mentira que puede causar una auténtica crisis. La pesadilla de las entradas masivas de marroquíes en Ceuta el pasado mayo todavía presente. Y la fuerza de los bulos movidos de manera intencionada a través de redes sociales y vía WhatsApp. Estos son los ingredientes de la crónica ocurrida esta pasada noche y madrugada de Nochebuena y Navidad, una crónica que llevó a una auténtica psicosis en Ceuta acrecentada por la difusión, como la pólvora, de vídeos de otras fechas como si fueran actuales.
Marruecos va a investigar, como ya lo hiciera hace unos meses, quién está detrás de la difusión de bulos que apuntaban a que la frontera se iba a abrir en Nochebuena. Eso provocó que muchas personas lo creyeran y que emprendieran camino hacia la ciudad. Marruecos tuvo que movilizar no solo a los agentes que tenía de guardia sino, también, traer refuerzos desde el sur. El objetivo era impedir cualquier aproximación desde la rotonda del hotel Ibis hacia la frontera. Mientras la Guardia Civil, conocedora de la situación, tenía activadas a sus unidades como también se comunicó lo que estaba pasando a la Policía Nacional.
De una mentira se pudo generar una auténtica crisis. Y además de mentir se pudo jugar con la vida de las personas que podían creer que realmente la frontera estaba abierta y lanzarse al mar, lo que directamente se puede traducir en una elevada probabilidad de muertes. Estas acciones irresponsables pueden costar vidas. Es tal la fuerza de las redes sociales y la contaminación de WhatsApp que a pesar de la información oficial y veraz de que no existía ninguna orden de apertura de fronteras podía anular esa masiva difusión.
En menos de una hora, este medio de comunicación recibió medio centenar de mensajes preguntando si la frontera estaba abierta. Era solo el apunte de lo que pasaría después: preguntas constantes de marroquíes que no sabían si creer lo que leían en redes sociales y cuestionaban sobre su certeza o no, visibilizando lo desesperados que están y el tiempo que llevan esperando para cruzar.
Estos bulos toman fuerza porque se nutren de la desesperación de muchas personas que vivían directamente del paso fronterizo y ahora se han quedado sin sustento alguno. Entre ellos se incluye el grueso de transfronterizos que venía a Ceuta a trabajar y que quedaron en su país sin poder ejercer más su labor, en muchos casos regularizada.
Durante toda la noche Marruecos ejemplificó la colaboración con España reforzando todos los puntos para luchar no contra una realidad constatada, sino contra un bulo, un enemigo mucho mayor y que tiene peores consecuencias. En Ceuta, la Guardia Civil permanecía activada ante la posibilidad de que la situación se desmadrara, cosa que no sucedió.
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