Hace ya casi cinco meses que celebramos una reunión en la Consejería de Medioambiente para intentar conseguir que la administración local financiara una parte de las labores realizadas con los cetáceos y tortugas marinas que llegan ya muertos a nuestro preciado litoral; por lo menos el trabajo diario que se realiza en las instalaciones del pudridero y la colección y control de las muestras puesto que las labores científicas y de estudio no están incluidas. Fue un encuentro cordial, y felizmente provocado por la responsable de la Consejería de Sanidad, que puso fin a una situación ridícula de incomunicación existente.
Después de una exposición de los hechos y los argumentos sobre los que se basan unas justas peticiones de responsabilidad en la gestión pusimos sobre la mesa nuestra firme decisión de abandonar los trabajos con estos animales si no se ofrecía una solución económica de mínimos. Un proyecto como el estudio y la recuperación de osamentas de cetáceos y tortugas marinas que se ha estado llevando a cabo en nuestra ciudad ha dado una valiosa información y ha provocado un aluvión de posibilidades educativas y divulgativas, ya que estas especies son unas excelentes embajadoras de nuestro medio marino. La edición de la revista Alidrisia Marina es otra de las consecuencias edificantes de las que nos podemos alegrar todos, pues incrementa, modesta pero consistentemente, la producción científica en nuestra marinera ciudad. Ciencia y educación se dan la mano en este ilusionante proyecto que tantos años lleva rodando en Ceuta, peculiar en su género por haber llegado a construir un pudridero, único en nuestro país, para la atención de estos cuerpos cargados de información útil, que colabora en la conservación de especies portentosas.
Como hemos indicado en otras ocasiones, ya colaboran con nuestro proyecto la Consejería de Sanidad Animal, pero faltaba la intervención de Medioambiente para completar el círculo, con la apropiada financiación de nuestro exiguo, barato, comprometido y preparado personal encargado directamente con las tareas de la colección, catalogación y recuperación de los esqueletos. El estudio de las osamentas y nuestra dedicación a la ciencia son cuestiones que quedan al margen de la financiación solicita a la administración y están solo en el interés altruista que se pone en estos asuntos desde hace muchos años.
Hasta el momento, la administración municipal ha colaborado empujando desde el área de Fomento la construcción del pudridero, y la empresa Makerel ha acogido y acoge nuestras actividades científico-conservacionistas en sus instalaciones, incluyéndolas como parte de su plan de medidas compensatorias por la ocupación y profunda transformación territorial que lleva a cabo en sus instalaciones dedicadas al tratamiento de residuos sólidos.
Desde hace años, y debido a una dejadez municipal en el área de medioambiente, decidimos recurrir a otros recursos privados para poder llevar a cabo nuestro proyecto y pudimos conseguir financiación privada para nuestro modesto equipo de trabajo. Pero, hay que indicar que desde hace varios meses, y después de una precipitada visita de una responsable del Ministerio de Medioambiente, comprendimos que el mar de Ceuta estaba fuera de la agenda política de las administraciones con competencias en esta delicada e importante materia. Siempre lo habíamos sabido, pero nunca habíamos percibido de forma tan clara la desfachatez y el desdén político-administrativo.
El recorrido de nuestro exitoso proyecto en relación a estas especies no ha sido suficiente para nuestros queridos políticos y burócratas. Tantos años atendiendo con nuestros propios recursos, fuerza vital y pasión al conocimiento sobre los tetrápodos marinos no nos han hecho dignos de la subvención por parte de las administraciones. Reconociendo que no somos unos ingenuos, el estupor y la indignación ya no se podían contener con facilidad. Siempre habíamos contado para la administración como una gota más que llenara su urna de datos útiles, con los que armar su ficticia política de conservación, pero ni el estado ni la administración autonómica de Ceuta habían estado dispuestos a poner ni un solo euro de recurso público. Además, la empresa colaboradora dejó de tener interés en aportarnos su apoyo financiero a cambio solo de imagen, y de repente hemos vimos como nuestro personal se quedaba en el paro.
Con este panorama nos presentamos en la reunión aludida al principio de nuestro artículo y nos sinceramos con el responsable del área ambiental, que por otra parte no tenía muchas simpatías por nosotros, debido a nuestra actitud crítica hacia el desbarajuste ambiental que sufre Ceuta. No obstante, la actitud del responsable fue cordial y positiva pues comenzaron a pensar en la forma de financiar esta actividad de cara al futuro, mientras se afanaban en conseguir una financiación rápida que paliara nuestra situación y no dejara el pudridero sin actividad durante el verano. Las buenas intenciones no se materializaron en nada y los cuerpos se continúan almacenando en el foso del pudridero, abandonado ahora por nuestro personal en paro.
Desconocemos los motivos de tan baja eficiencia en una gestión de mínimos que cubriría solo unos meses hasta que llegara el maná continuo. No obstante, cabe preguntarse que si no han sido capaces de gestionar unos miles de euros para cubrir la jornada veraniega y ya otoñal, se nos antoja prácticamente imposible que puedan llegar a conseguir una financiación sostenible en el tiempo para nuestro personal. Para ser justos, conviene indicar que el señor Ojeda, actual gerente de la empresa Obimasa, nos ha dado información de sus gestiones desde hace pocas semanas indicándonos que van por “buen camino”. Todo lo cual me suena al famoso “tú como estás hijo”?, “lo tuyo está en la firma” que ha popularizado el inigualable mandarín mandamás de nuestro ayuntamiento señor Vivas. Sea lo que sea, le reconocemos tanto a él como al consejero su interés aparente por nuestro proyecto, pero realmente somos conscientes de que seguimos fuera de la agenda, y continuamos esperando que nos llamen para explicarnos como piensan arreglar nuestro problema sin que tengamos que soportar al insoportable circunloquio burocrático.
Por nuestra parte, solo añadir que nuestro proyecto está rentabilizado y que seguiremos con nuestros medios atendiendo la colección pero no a los varamientos hasta que cumplan con la financiación de la forma que se lo expusimos en aquella reunión. Mientras tanto, los cuerpos se continúan acumulando en el pudridero y tanto la administración como la empresa Makerel tienen unos cometidos legales que cumplir. Los unos porque tienen competencias ambientales compartidas con un ministerio avaro para Ceuta y quizá más dadivoso con sus amigos y los otros porque han albergado un pudridero en sus instalaciones para compensar sus transformaciones territoriales y poder seguir creciendo en actividades industriales. La consejería de Sanidad Animal tampoco puede mirar para otro lado en todo este asunto pues nos une un convenio de colaboración en estas materias.
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