Pues sí. Va a ser que no me voy a cansar de hablar de la frontera. Aunque me vea atrapada en el síndrome del día de la Marmota o aunque me trasladen el mensaje de los cuatro de turno que se dedican a analizar los escritos para luego bailar ante el gran poder para ganarse el cacahuete. Qué patéticos, para una vez que se vive... y terminar convertidos en esclavos de la mentira sacrificando tu pueblo y tus raíces con tal de que te incluyan en las próximas listas. En fin. Pues eso. Que voy a seguir hablando de la frontera. Porque sencillamente me importa muy mucho lo que pase en mi pueblo, lo que pase en este callejón sin salida que está dejando muchas víctimas en el camino. No se puede permitir que nos visiten ciudadanos del vecino país para pasar el puente en Ceuta y sean recibidos a palos, con avalanchas, atrapados en un territorio comanche en el que se salva quien puede. Gente gritando, personas ensangrentadas llorando, fronteras que se abren y cierran como las puertas de un supermercado... es la narración de cualquier jornada en una Ceuta desdibujada a la que estamos matando poco a poco.
Si habláramos de las tropelías que se cometen a diario en la frontera no podríamos parar
Si un abogado decidiera meterle mano a este cúmulo de despropósitos ganaba cualquier demanda por atentado en mayúsculas contra los derechos humanos. Los de todos. Porque lo que pasa en esa frontera burla cualquier norma. Palos, avalanchas, servicios laborales que atentan contra cualquier norma establecida, incumplimiento del mínimo orden... impedimentos en entradas y salidas ¿en base a qué justificación?, decomisos de mercancía en España sometidos a criterios de Marruecos... falta de asistencia de los recursos básicos. Porque no sé cómo le llaman ustedes a eso de ponerse malo, llamar a una ambulancia y que esta no llegue por las colas; faltar a tu trabajo no por vago sino por estar atrapado en un caos insostenible... y empiecen a sumar y a añadir todo lo que se les ocurra porque no terminarán. Sí, sé que el Gobierno ha anunciado medidas de lucha contra el fraude, convertido en el origen de todo lo que sufrimos; sí, sé que nos han dicho que acudirán a la casa de Zoido para ver si ahora el ministro se toma un te con su ‘colega’ marroquí que le siente mejor; sí, sé que nos han dicho que seamos prudentes y que no nos durmamos en el alarmismo. Sí, sé o mejor dicho, sabemos tantas cosas que lo que no sabemos es cómo carajo hemos llegado a esta situación de descontrol, abandono, odio y desestabilización que nos está comiendo hasta destrozarnos. Y eso debe ser objeto de protesta. Lo contrario es no hacer tu trabajo... y eso sería equipararnos a ellos, a los que se han dormido hasta despertar de la pesadilla en calzones.