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Frontera abierta' reunió este miércoles en un coloquio telemático titulado 'El futuro de Ceuta a
Melilla, a debate', al periodista Ignacio Cembrero (el melillense Alberto Benzaquén se excusó por motivos de salud); al analista político y redactor jefe de 'Morocco World News', Samir Bennis; y al activista del Comité Nacional para la Liberación de Ceuta, Melilla e Islas (supuestamente disuelto en 2014, según resaltó el primero, y con prohibición de entrar en España), Said Chramti.
Los promotores del coloquio se autodefinen como un “espacio de debate y la reflexión sobre la sociedad, la geopolítica, la economía y la cultura del mundo cambiante, diverso, poroso, imprevisible, inmarcesible y, por ello, fascinante en que vivimos”.
Cembrero negó a preguntas del moderador, Antonio Navarro, que se deba dar “gran importancia” a las recientes declaraciones del primer ministro de
Marruecos, Saadeddine al Othmani, diciendo que
las ciudades autónomas son “tan marroquíes como el Sahara”, ya que según recordó lo dijo “en respuesta a preguntas de un medio y de forma muy matizada”. “Quizá ha llamado la atención porque hacía tiempo que no se escuchaba lo mismo y creo que el Gobierno español pecó de una sobreactuación al llamar a la embajadora marroquí”, opinó.
Said Chramti, activista marroquí: "Marruecos tiene derecho a reivindicar Ceuta y Melilla, como España con Gibraltar”
Para el periodista mucho más trascendentes son gestos como la supresión de la aduana comercial de Melilla pactada en 1866 o del comercio transfronterizo con Ceuta, decisiones “que Marruecos tiene todo el derecho a hacer, pero no de esa forma si se supone que somos dos países amigos”.
Chramti coincidió en que la reivindicación de las autoridades del Reino alauita “no es nueva y la expresó con cortesía para no herir la sensibilidad de muchos españoles”. “La reivindicación es un derecho marroquí como el de España a hacer lo mismo con Gibraltar”, comparó el activista, que replicó a Cembrero que “yo estoy en busca y captura en España como tú lo estás en Marruecos”.
Bennis, que remarcó que el periodista español “no ha escrito nunca una línea negativa sobre Argelia y el Polisario [desmentido por Cembrero]” después de que este subrayase que su página web no tiene “ni un anuncio” para dedicarse a dar “buena imagen” del Reino alauita, resumió “la perspectiva marroquí” sobre las ciudades autónomas, a su juicio vetada en España, como “la existencia de un hastío por la ambigüedad española sobre el Sahara, incluso hostiles recientemente para Marruecos”.
Ignacio Cembrero, periodista español: "No creo que se deba dar gran importancia a las declaraciones de Al Othmani”
El marroquí se refirió concretamente a los “insultos” del presidente de Vox en Ceuta y a las posiciones de Pablo Iglesias a favor de la autodeterminación saharaui.
“No me escandaliza que Marruecos reivindique Ceuta y Melilla, pero Gibraltar sí está en el Comité de Descolonización de la ONU, no esas dos ciudades, y ya me gustaría que el país vecino dé a ambas no ya el mismo sino el 25% del trato que España da al Peñón”, comparó Cembrero en su segunda intervención.
Chramti explicó que desde Rabat se está desarrollando el entorno de las dos ciudades “como China hizo alrededor de Hong Kong” y “dentro de 15 ó 20 años la zona de Nadir va a ser la joya del Mediterráneo: los melillenses, con todo su orgullo, van a estar trabajando allí”.
El activista llegó a negar que Melilla haya tenido una “frontera comercial” propiamente dicha más allá de “un convenio de tránsito”. “Lo que había en esas dos fronteras era puro contrabando, no ‘comercio atípico’ como se recogió en 1958 para personas humildes”, distinguió sobre la deriva del negocio transfronterizo: “Se creó un peligro grandísimo y una oportunidad para el blanqueo de dinero, los narcotraficantes y los terroristas”.
Samir Bennis, periodista marroquí: "La prensa española debe desprenderse de sus tópicos sobre Marruecos”
“España quiere exportar sus problemas internos”, interpretó Chramti la respuesta española a la última reivindicación territorial marroquí.
El redactor de ‘El Confidencial’ recordó que por la aduana de Melilla pasaron en 2017 unos 47 millones de euros, apenas una décima parte de lo que movía “el contrabando”, que según advirtió tenía sus ventajas tanto para Marruecos en términos de divisas y otras derivadas como para el lado español, al que reprochó una vez más que la clausura del paso melillense no mereciese ninguna reacción.
Preguntado por cómo se podría articular una “negociación” sobre los postulados alrededor de la soberanía de Ceuta y Melilla, Bennis auguró que no habrá solución hasta “dentro de diez o veinte años”. “Marruecos está dando tiempo al tiempo para que el conflicto madure”, interpretó sobre un país que “siempre tiende al diálogo y no a la guerra, contra lo que se dice estos días sobre su política armamentística en la prensa española, que debe cambiar un poco su enfoque y desprenderse de tópicos y estereotipos”.
Opciones de futuro
Para el periodista marroquí defendió que lo que su país busca de forma prioritaria es “proteger su economía del cáncer que ha supuesto el contrabando desde Ceuta y Melilla, cuyo monto global anual ha llegado a 1.500 millones de euros al año, una sangría”.
“Los españoles hablan entre sí y no permiten que voces marroquíes se expresen y hablen a su público”, criticó el cofundador de ‘Morocco World News’, residente en Estados Unidos, que hizo hincapié en que en los años setenta del siglo pasado España también “asfixió” a Gibraltar.
“Marruecos tiene argumentos de sobra para contestar la soberanía sobre esos dos enclaves y abrir un diálogo de adultos en relación con su soberanía en beneficio de ambos países”, amplió Bennis, que también subrayó que “en dos referéndums, los gibraltareños ya han dicho que no quieren saber nada de España”. “Por ahora para Rabat lo de Ceuta y Melilla es una cuestión de importancia mínima, por eso se congeló esa reivindicación en 2007 anteponiendo los intereses comerciales con España”, resumió. “Lo de Al Othmani sólo ha sido una llamada de atención, no que se vaya a poner el tema sobre la mesa de inmediato”, añadió, “pero en el futuro será de interés para los dos países sentarse e imaginar una solución”.
Chramti fue un poco más allá: “Todo tendrá que madurar, pero en la zona de Beni Enzar de Melilla ya hay una soberanía conjunta y en el futuro las dos ciudades tendrán que cambiar su economía y convertirse en ciudades turísticas porque dependerán totalmente de Marruecos y su población pedirá serlo”, auguró antes de asegurar que “el 90%” de la población árabo-musulmana de la ciudad hermana “tiene la doble nacionalidad”.
“No habrá negociación: tres, cuatro o cinco veces no”, se posicionó Cembrero, que subrayó el descontento de los que “votan con los pies emigrando a España”. “La reivindicación no está congelada, aunque se canaliza por la asfixia económica, pero Ceuta y Melilla, a diferencia de Gibraltar, sí están perfectamente integradas en la arquitectura institucional española”, terminó el periodista, que dejó claro que “en el siglo XIX no se pueden tomar decisiones sin escuchar a la población, y la inmensa mayoría de ceutíes y melillenses quieren que las dos ciudades sigan formando parte del Reino de España”.
“Quieren seguir siendo españoles por muchas razones, sobre todo porque al otro lado no se respetan los Derechos Humanos”, concluyó el periodista.