Delegación y Ciudad firmaron ayer un acuerdo para dejar negro sobre blanco la coordinación que debe haber en la lucha contra el fraude fiscal y en la normalización de la entrada y salida de mercancía. Cada entidad tendrá que trabajar, hacer los deberes que le tocan para que se consiga poner orden y terminar con la indecencia enquistada en el Tarajal.
Llevamos años jugando con fuego. Ya murieron dos mujeres. Otras tantas han resultado heridas. Los milagros se suceden a diario en este terreno y, lo más grave, no tenemos idea de lo que allí se cuece: qué y quiénes entran, qué y quiénes salen. ¿Hay algún político capaz de responder a estas preguntas? Sí, los hay, pero mintiendo. Llevamos años viviendo cómodamente en una economía sumergida permitida, mantenida, odiada por muchos pero querido por otros tantos. El fraude anida en un sector social que no sabe vivir de espaldas a él. El fraude da pie a una forma de pensar, de obrar, de trabajar... Es lo que siempre hemos llamado la doble moral, tan extendida, tan odiada, tan rescatada hasta el punto de que forma parte de tantas y tantas áreas que solo pensar meterle mano asusta. De hecho ha asustado a muchos políticos. Las pruebas están ahí. Se ha preferido mirar a otro lado que revolver lo asentado para no tener quejas, protestas o movimientos más graves (en este pueblo nada sucede porque sí, no seamos tontos). No es que sea incrédula (que en demasiados aspectos lo soy, culpa de las canas), pero para que el acuerdo funcione hay que tener valentía, no valen medias tintas, no sirve bajarse los pantalones porque te monten una manifestación. Y claro... la hemeroteca es tan sabia... P.D.: Por cierto, ¿qué pasa con aquel mítico acuerdo PP-Caballas para plantearse la reapertura de Benzú? Pues eso... que dudo mucho de la existencia de una firmeza total.