La nueva Ley General de Telecomunicaciones no ha logrado poner fin a las molestas llamadas comerciales que recibimos con frecuencia en nuestros teléfonos móviles, ya sea en Ceuta o cualquier sitio al que vayamos.
Ni siquiera inscribirnos en la Lista Robinson (para evitar la publicidad no deseada) o activar el filtro de spam de Google ha frenado esta molesta avalancha de llamadas que, día tras día, interrumpe nuestra tranquilidad.
Las compañías se escudan en el "consentimiento previo" para justificar estas llamadas, una argucia legal que les permite seguir incordiando a los usuarios sin una verdadera autorización. Sin embargo, un espacio patrocinado por la empresa tecnológica china Xiamoi presenta un método infalible para detenerlas por completo: se trata de una sencilla pregunta.
Al suscribirnos a un servicio o contratar una línea telefónica, cedemos nuestra información personal, pero es crucial cómo las empresas manejan esos datos.
La Ley de Protección de Datos aborda este tema, así que debemos revisar los consentimientos detenidamente antes de comprometernos con un servicio, siendo conscientes de las implicaciones que esto conlleva en términos de privacidad y recepción de comunicaciones no deseadas.
Aunque la ley prohíbe las llamadas no solicitadas, las empresas las realizan utilizando tácticas como las robollamadas –llamadas teléfonicas ejecutadas por robos–.
Conociendo la normativa, podemos hacer uso de esta pregunta para detener estas llamadas y hacer valer nuestros derechos como consumidores y usuarios de servicios de telecomunicaciones.
Pero, ¿cuál es esa pregunta que resulta casi 'mágica' para dejar de recibir llamadas comerciales o spam telefónico? No es otra que decir a nuestro interlocutor al otro lado del dispositivo móvil: "¿Cómo has conseguido mi número?".
En el caso de que hayamos dado nuestro consentimiento se podrán apoyar en eso pero, si no lo hemos hecho, la actitud será la de esquivar nuestras preguntas y finalmente colgar la llamada.
Las empresas no pueden hacer llamadas aleatorias como hacían antes, además de que hoy en día tienen que decirte de dónde ha sacado nuestro número y qué tratamiento está haciendo de dicha información.
Esta estrategia, aunque simple, es altamente efectiva, pero también hay otras formas de reducir estas llamadas no deseadas. Por ejemplo, podemos optar por la configuración de nuestras preferencias de privacidad en línea, así como el uso de aplicaciones y herramientas que bloqueen o filtren llamadas no deseadas.
Si estás cansado de recibirlas, prueba esta frase y considera amenazar con denunciar ante la Agencia Española de Protección de Datos para eliminarlas de una vez por todas. La protección de nuestra privacidad y el respeto a nuestras preferencias son derechos fundamentales que debemos defender activamente en la era digital.
En última instancia, la lucha contra el spam telefónico es una responsabilidad compartida entre los reguladores, las empresas y los usuarios. Solo mediante una combinación de medidas legales, tecnológicas y de concienciación podremos erradicar esta molestia que afecta a millones de personas en todo el mundo.
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