El Frankenstein

Mi familia es de Galicia. Me contaba mi madre que hace muchos años le pusieron de mote el Frankenstein a un familiar mío por lo que os voy a contar. Tenía por aquellos años 35 primaveras, era fuerte pero muy menudo, pelo negro y ojos claros. Una belleza. Estaba casado y tenía tres hijos. El mayor podría tener 14 años, la nena 8 y el pequeño 2. Un día sonó el despertador y no se levantó. La mujer medio zombi lo apagó y empezó a hablarle: “Juan tienes que despertarte”, y el mismo no respondía.

Se puso un poco mas sería y no le hacía caso. Hasta que se levantó y empezó a darle con la mano empujones. Pero él no respondía. Le tocó entonces el corazón y se dio cuenta que no le latía. Eran las 6 de la mañana y no quiso armar escándalo. Se fue a la habitación de los niños y le dijo a su hijo mayor que tenía que ir a buscar al médico. Que se hiciera cargo de sus hermanos. Este la verdad no le hizo mucho caso y se volvió y le dio las espaldas.

María la mujer de Juan salió a la calle a la carrera en busca de la casa del médico del pueblo. Tocó en el timbre y este salió en pijama. Cuando le contó lo sucedido rápidamente salió a ponerse algo y coger sus instrumentos. Tardaron muy poco cuando empezó a auscultarlo. Cambió rápidamente de color. Primero se puso el estetoscopio en los oídos. Luego empezó a ponerle el dedo índice y el anular en la vena radial. Luego probó en el cuello, la carótida. Y fue cuando dijo muy a pesar de él: “Lo siento mucho su marido ha fallecido”. Se escuchó en la estancia un fuerte grito, seguido de unos llorisqueos terribles. Era María.

A los pocos segundos apareció su hijo mayor, Juanito, el cual se tiró literalmente encima de su padre, en cuerpo presente, abrazándolo. Los llantos fueron muy vivos y se notaba que lo querían mucho. Muy poco tiempo después aparecieron los otros dos niños que se quedaron en la puerta. Creo que no llegaban a entender lo que había sucedido. El médico salió de la estancia y fue a avisar a la madre de María. Ella fue la que se encargó de todo. Tenían dinero y contrataron a unas plañideras. Poco a poco el pueblo se enteró de la desgracia y fueron a visitar el cadáver. Antiguamente se le guardaba una vela de 24 horas. Y se mostraba al finado a todo el que lo quisiera ver en su cama vestido con sus mejores galas.

Era muy querido y fue muchísima gente a dar su respeto y último adiós a este pobre hombre. Serían las dos de la mañana del día siguiente cuando de repente se escuchó unos terribles gritos del cuarto donde estaba Luis. Los que estaban en la estancia salieron todos corriendo despavoridos. Incluso María. Nadie podía creerlo. Juan se había despertado y empezó a pedir que le trajeran de comer. Fue el susto del año en el pueblo, en la comarca e incluso en el país. Salió en todas las noticias del día tanto en radio como en televisión. Y fue cuando le pusieron el mote del ‘Frankenstein’. El mismo murió con 70 años y la verdad que todos pusieron en entredicho el fallecimiento del mismo hasta que lo vieron meter en el nicho familiar. Incluso cuentan que su hijo mayor y su hija montaron guardia al lado del mismo por si acaso volvía a la vida durante casi un mes ya que le había pronosticado tener una enfermedad que podía confundir a cualquier médico. Muchas gracias por la aportación de tu historia Juanjo.