Como nos temíamos en AEGC la llegada del buen tiempo ha traído consigo que vuelva la normalidad a nuestras costas afectadas por la llegada de cayucos y pateras. Nuestra asociación lleva años exigiendo medidas de protección especial para los agentes que participan en estas operaciones que, en muchas ocasiones, ponen en riesgo su salud al interactuar con los inmigrantes que llegan enfermos. Y, ahora mismo, este peligro es más real que nunca.
Nos encontramos aún en medio de una pandemia mundial provocada por el Covid-19 y, aunque España ya se encuentre en lo que se está llamando “la nueva normalidad” y nuestras fronteras y empiecen a abrirse al exterior, no quiere decir que el coronavirus esté vencido. Al contrario, sigue ahí y la protección individual, como no se cansa de repetir el ministerio de Sanidad y el Gobierno, es la medida más eficaz para combatirlo.
Por este motivo AEGC ha vuelto a pedir al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Guardia Civil que haga su labor y proteja a los agentes que están prestando servicio en zonas de riesgo por llegada de inmigración ilegal. Para nuestra Asociación esa protección se encuentra en el manejo de equipos RBQ y en mascarillas FFP 2. En AEGC somos conscientes que la utilización de estos equipos requiere una formación específica, pero esta incidencia no puede servir de excusa para no proporcionarlos ya que la formación se puede adquirir y, además, la Guardia Civil está obligada a ofrecerla a sus agentes.
Nuestra reivindicación no es ningún antojo. En el mes de junio en muchas de las pateras llegadas a nuestras costas viajaban inmigrantes que, con síntomas compatibles con el covid-19 y un alto porcentaje, dieron posteriormente positivo. Esto ha supuesto, en algunos casos, que se haya tenido que poner en cuarentena a los agentes que habían estado en contacto con los inmigrantes infectados. Decimos en algunos casos porque, como es habitual en la Guardia Civil, se deja a voluntad de cada Comandancia la medida preventiva a tomar y, así, nos encontramos que en Lanzarote, por ejemplo, cinco agentes estuvieron en contacto con sospechosos de covid-19 e inmediatamente se les retiro del servicio y se les puso en cuarentena, y en cambio unos días antes en Águilas, Murcia, otros agentes, en este caso 15, implicados en otra actuación con inmigrantes positivos por coronavirus ni fueron puestos en cuarentena ni se les retiró del servicio. Es decir, que estos agentes han puesto de manera involuntaria en serio riesgo de contagio a la población de Águilas, a sus compañeros y a sus propias familias.
Por todo ello AEGC ha tenido que volver a reclamar a la Dirección General y al Ministerio del Interior que se fijen unos criterios únicos para todas las unidades y que no se deje al libre albedrío de un mando el cumplimiento de las medidas de seguridad sanitaria que se recomiendan desde Sanidad, porque de no ser así, nos arriesgamos a que seamos nosotros los que nos convirtamos en portadores del virus entre los ciudadanos a los que debemos proteger y, por supuesto, podamos contagiar a nuestras familias.
Nuestra Asociación cree que la experiencia adquirida durante todo el estado de Alarma, en la que los guardias civiles se han visto más afectados que el resto de FCSE por el coronavirus, debe hacer recapacitar a Interior para que ponga ya en marcha un protocolo de actuación. Los guardias civiles en la nueva normalidad estamos en primera línea porque somos los encargados de luchar contra la inmigración ilegal, nuestra labor es impedir que estos logren desembarcar sin ser vistos, y para ello, no podemos guardar los dos metros de distancia de seguridad.