“En la escuela con frecuencia nunca llegamos a jugar el partido”, dice-lamenta en su último libro, el que presentó ayer en el Campus, Fernando Trujillo, profesor de la
UGR, especialista en Educación y referente. “No es extraño aun”, cuestiona en ‘Activos de aprendizaje. Utopías educativas en construcción’, “ver que somos capaces de pedir a nuestros estudiantes que memoricen la definición del cuento sin atrevernos a crear o a representar uno en clase; [...] que hagan decenas de ejercicios sobre estadísticas o probabilidad sin llegar nunca a realizar una investigación donde unas u otras sean necesarias; [...]recorrer todo el espectro de las Ciencias de la Naturaleza sin pasar nunca por el laboratorio, realizar una observación al aire libre o desarrollar un sencillo experimento”. ¿A usted qué le gusta más, entrenar o jugar el partido? “Somos, en muchos casos, entrenadores sin partidos”, alerta Trujillo en el texto que ha tejido durante su último sexenio, otro más en Ceuta, adonde llegó hace 24 años y donde no quería dejar de presentar tras hacerlo en Algeciras y Granada esta su nueva aportación al debate de la Educación cual luciérnaga convencida de que la Nueva Educación, la de la escuela como estructura que organiza el conocimiento que debe adquirir un ser humano “para sobrevivir y entrar en sociedad”, sobre todo para “ser ciudadano”, no se va a levantar sobre “hombros de gigantes” sino “de abejas”. “La idea de que lo que da sentido a todo el aprendizaje escolar, es jugar el partido de la vida, es sentir y vivir lo aprendido”, dice en el prólogo el catedrático de Psicología Juan Ignacio Pozo, “puede resumir buena parte del aire fresco que este libro quiere introducir en las escuelas, en forma de nuevas (o no tan nuevas, según el autor) propuestas para quienes nos dedicamos a aprender y a ayudar a otros aprender”.
Javier Martínez, director provincial de Educación: "Es un lujo tener a Fernando Trujillo, que sobresale por su creatividad, en Ceuta”
Trujillo, que en los últimos seis años ha echado a andar una ‘spin-off’ llamada ‘Conecta 13’ y ha ayudado a dar un nuevo aire al Grupo de Investigación Conocimiento Abierto para la Acción Social, estuvo acompañado en la presentación de ayer por el decano de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología, Antonio García, y por Antonio González, profesor y compañero en el departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Ambos valoraron sus reflexiones sobre “la escuela, la enseñanza, el profesorado y la ciudad” como “activos” de aprendizaje y los “fogonazos de lucidez” de sus aportaciones. “Se ha convertido en un clásico”. “Es el mejor libro sobre innovación educativa que he leído”. “Muchos podemos hacer muchas cosas pero pocos tienen su creatividad para aportar cosas distintas”, se escuchó en el Salón de Grados del Campus de, entre otros, el director provincial de Educación, que consideró “un lujo” para Ceuta su presencia en la ciudad, desde ya como miembro del Foro de la Educación. “Tenemos que jugar ese partido”, se animó, “y nos das muchas ideas para hacerlo”. Trujillo no quiere aparentar estar a la última. Al contrario, se ha ido a beber de fuentes españolas casi desconocidas, de “fantasmas”, como Fernando Sáinz, un adelantado a su tiempo que hace cerca de un siglo ya escribía sobre el aprendizaje basado en proyectos, otro que prefería jugar a entrenar al que la Guerra Civil se llevó, con sus ideas, por delante al exilio.
El autor identifica 4 “activos” principales: ciudad, enseñanza, escuela y profesorado
Y es que en el fondo, apuntó González y ratificó Trujillo, “es la política, amigos”. Ni la economía, que no estorba, ni el mercado. El autor es partidario de que todos los “activos”, incluidos los privados, aporten su guía de cera para que las abejas, con tiempo (“para conocer otras realidades, pensar y sumar”), se comporten como “grandes conocedoras de su terreno sin miedo a explorar”, se atrevan a emprender “reformas viables que contribuyan a la mejora colectiva”, se impliquen en la realidad pero aporten reflexiones “con capacidad para trascender”. En resumen, “piensen” y trabajen “por el bien común” con la utopía como “esperanza y deseo, no como imposibilidad”, como brújula para, al menos, saber “hacia dónde se mueve la Educación y si avanza o retrocede”.