La frontera registró en la jornada del lunes una mayor fluidez, aunque el tránsito de vehículos fue constante, generando unas colas que la infraestructura fronteriza actual es incapaz de absorber. La Guardia Civil controló los cruces para evitar que los vehículos de servicio público y de transporte quedaran atrapados.
La presencia de motos, que se dedican al porteo, es mucho mayor. Realizan continuos pases de pequeñas cantidades de mercancía, una vía más efectiva que el tránsito de bultos impedido a pie de frontera.
De hecho se quiere colocar en breve una cartelería en la frontera que comunique el veto a la salida de bultos. Es algo que ha pedido en muchas ocasiones la Benemérita, que reclama disponer de un particular pictograma que señale que la salida de bultos es inviable por este paso. Ayer los guardias extremaron las medidas para controlar que ningún porteador pudiera hacer uso de la frontera.
Hubo no obstante intentos de salir a la fuerza y también apedreamientos, sufriendo daños un vehículo del Parque Móvil cuando acudía a recoger mercancía intervenida.
Por la mañana casi mil personas habían usado el Tarajal II para sacar la mercancía adquirida en los polígonos.
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